El resumen que define nuestra comida (7 adultos + 3 niños) en este restaurante es: Querer y no poder con malísima capacidad de atención en un conflicto claro en TODO el comedor (13-15 mesas).
Hicimos reserva en julio, por lo de que era el mercado medieval y no tener problemas. Llegamos a las 14:30, nos tomaron nota a las 15:00, sin más opción que 2 menús muy simples para su precio (26 o 33,-Eur) y sin posibilidad de pedir NADA de la carta, ni para nosotros, NI PARA LOS NIÑOS. ¡¡Ya empezamos mal!! ¡¡como un restaurante puede estar tan limitado!!. Pedimos agua y nos la traen, pero no teníamos vasos, que tuvimos que pedir. Nos dieron una cesta de pan (8 trozos) para 11 (porque se había acabado).... y así hasta llegados los primeros platos, que parecian no llegar nunca. Platos hondos para la paella, que anteriormente en el resto de mesas habían servido en planos (más cantidad). ¡¡pero se les habían acabado los platos planos limpios!! ¡¡¿Pero esto que es un restaurante o una cocinilla!!
Empezamos a flipar, viendo que se levantaban ya muchas mesas para irse (algunas comiendo el primer plato y otras sin llegar a recibirlo). Unos pagando y otros sin pagar ofendidos y con mucha rabia por la atención recibida.
Por los crios, esperamos (de mala gana) ya que irse a las 16:00 a buscar algo para comer es muy dificil. Pero nos arrepentimos nada más empezar a comer el primer plato. ¡¡Paella!!, eso no era más que un platico pintado de amarillo. En ese momento cancelamos el segundo para los niños y llegados los segundos, que alguno de nosotros ya ni probamos, cancelamos los postres, que llevaban en una ventana al sol desde hacía 15-20 minutos y que nos querian dar de las cancelaciones de las mesas que se habían ido. Por supuesto, las camareras no tuvieron ninguna atención y lo unico que veiamos era indiferencia, desgana y malas caras, además de gritos por un megáfono, donde se comunicaban con la cocina. Vamos un ambiente "relajado y distendido" para una comida en buena compañia.
Por supuesto, acabamos con el libro de reclamaciones encima de la mesa, que nos hicieron ir a buscar a la recepcion del hotel e incluso para pagar y firmar el documento por el responsable del hotel nos hicieron esperar como media hora. La unica justificacion recibida, fue que el mercado les habia desbordado y que parecia que queriamos comer sin pagar. ¡¡Vamos lo que me faltaba por oir!!, así que acabamos con bronca, como era de esperar y pagando un menu completo, sin apenas haber probado poco más que un plato de una penosa calidad y presentando los documentos correspondientes a consumo!! Ahora esperamos que no le pase a nadie más y que atención al consumidor nos pueda resolver algo.
Como anecdota positiva, comentar que los dulces del mercado, eran exquisitos, y ya que fue nuestra unica comida sabrosa acompañada en con un cafe en otro bar del mismo pueblo, que ni de lejos nos dio la misma sensación de desastre.

Este mercado lleva 15 años haciendose y que una responsable de hotel-restaurante se acoja a este acontecimiento para justificar su penosa gestión es patetico.

Mercado medieval en Artziniega. Famoso donde los haya. Localidad ideal para realizarlo por su casco antiguo. Destacando la ubicación del Hotel Restaurante en sí. Una torre muy elegante en el centro de la localidad.
Tres calles, la de arriba, la de abajo y la de en medio.
Puestos y puestos de todo tipo, la gente del pueblo vestida para la ocasión con ropas apropiadas. El día ha salido que ni pintao. Sol y temperatura agradable.
Desde las 7 de la tarde haciendo hambre. Quesos, panes, pasteles, hojaldres, morcilla, más quesos.......
Pero hay que aguantar, a las diez tenemos reserva y no es cuestión de llevar la tripa ocupada.
Hay varios menús ofertados pero ninguno de ellos nos convencen así que nos decantamos por elegir algunos platos de la carta.
Comenzamos por una ensalada templada de hongos y langostinos:
la lechuga "fresca" como un día de verano en Sevilla, igual-igual.
Los hongos decentes y los langostinos excasos, mucho.
De segundos mi chica pide una brocheta de salmón pero se ha acabado en susodicho pescado, así que le ofrecen una dorada.
Yo pienso que la dorada la hicieron el miércoles más o menos y hoy se la han recalentado. Seca, pero seca-seca, con un acompañamiento de lechuga para ocupar parte del plato.
Yo me pido un bakalao al pil-pil: el bakalao casi tan seco como la dorada, más no podía estarlo. El pil-pil?, diossssssssssssss, creo que en la foto se apreciará. Aceite en estado puro, se les debe haber olvidado lo de que hay que menearlo un poco.
Malo, el peor bakalao al pil-pil, por llamarlo de alguna manera que he comido en mi vida. Lo siento pero así es.
Necesitaba algo más, he dejado más de la mitad, hemos pedido una degustación de postres caseros. Error, pero de los gordos.
Dos bolas de helao, bolas frías, eso sí pero sabor? Pues a nada.
Un trozo de un tipo flan, decente. Un arroz con leche en una cestita que yo pensaba que era chocolate pero era una especie de galleta. Esto también decente.
El pan pues de los que en Euskal Herria no abudan afortunadamente, seco, blando, de esta mañana no creo que era.
Carta de vinos corta que se ha terminado de acortar a la hora de pedir pues he pedido un Martin Codax que no había, le he pedido que me trajese entonces el otro albariño ofertado, mala suerte, tampoco tenían. Al final un aura verdejo, a la temperatura ambiente, es decir, a unos 18 grados más o menos. Hemos tenido que pedir una cubitera y se nos ha refrescado un poco la última copa.
Quería salir con alguna sensación buena y he pedido el único vino de postre que tenían en carta, un Px sin denominación, pero claro, cómo no?, tampoco lo tenían.
Como nota curiosa, es una torre, luego el comedor está en planta superior, el bar en planta baja y la cocina imagino que estará en el sótano. Tienen un interfono para comunicarse con la cocina.
O la cocinera es un poco sorda o el aparato no funciona bien.
Hemos sido los primeros en pedir y cual ha sido nuestra sorpresa al escuchar a grito pelao nuestra comanda. Jajajajajajaja.
Los de la mesa 15, una ensalada, una dorada y un bakalao.
Luego hemos ido escuchando lo que querían el resto de los comensales que hemos terminado hablando entre nosotros. Buena elección. :-)))))
Yo no sé qué se piensan algunos. Una cosa en un error y otra muy distinta es "ningún acierto".
Es mi comentario nº 56, creo y es mi primer SUSPENSO, con mayúsculas.
Por favor, en la localidad hay dos restaurantes con el nombre Torre, no confundir con el otro que es más "modesto" pero mucho más respetable.
Una verdadera pena, la peor experiencia que he tenido jamás en un restaurante.