Allá donde fueres...
Digamos que esto no es una recomendación propiamente dicha de un ¿restaurante?, sino más bien, una proposición turística completa, además de una pequeña declaración de intenciones...
El restaurante -lo que aquí llamaríamos chiringuito, o ni eso- se encuentra en la localidad de Playas, oficiosamente -tras la separación y formación de la nueva provincia de Santa Elena con los marítimos cantones de Santa Elena y Salinas- la costa de la provincia de Guayas, una de las predominantes del país, lo que posibilita que podamos desplazar desde el propio Guayaquil en autovía, de hecho, la mejor carretera del país. Junto al día de playa, una de las ofertas turísticas más interesantes de la provincia, consistente en recorrer los manglares y el avistamiento -o navegación entre- de delfines en barca -por poco más de 5$ pp- saliendo desde una localidad próxima: Punta del Morro.
La sala -juas- consiste en ... casi mejor que veáis las fotos. Como ya he comentado en más de una ocasión, la inmensa mayoría de restaurantes de las zonas cálidas son como lo que aparece en la foto, luego ya depende de cada uno, y del nivel de mimetización, si está dispuesto a dejarse llevar, que por otro lado, no sé si comería mejor que en los restaurantes más ¿europeizados?, pero que disfruté más de la experiencia, sí que lo puedo garantizar. Servicio amable (como siempre en todo el país) y eficiente (ya no tan habitual).
No hay vino, cervezas y/o jugos.
La comida se basa en producto fresco, pescado en el día, y expuesto en la entrada -por lo menos lo más reseñable-, ofrecido en ceviches, en arroz, apanados, al ajillo... todo entre correcto y bueno, la comida normal -también influye la tendencia general del país a marginar el producto-, la vivencia sensacional, como allí se funciona en forma de plato único, yo opté por un buen arroz marinero -versión ecuatoriana de la paella de mariscos-, mi mujer por unos camarones reventados, y la persona que nos llevó -natural de la zona- por una corvina apanada, todo con su acompañamiento de patacón, encebellado o lo que sea, que te permite hacer una comida completa por menos de 8 $ que es lo que cuesta el plato, aunque aun nos animamos a compartir una langosta al ajillo -no la misma, pero como la de la foto- por 10$ (de risa).
Total por unos 40$ con las bebidas comimos 3 adultos y dos niñas pequeñas, a base de pescado y marisco fresco. Francamente recomendable si se va libre de prejuicios, y un poco de escrúpulos higiénicos, todo hay que decirlo. Muy recomendable.
Hay media docena de restaurantes contiguos, que aunque ya digo que nos llevaron a éste, no creo que se llevasen mucho con el resto.
Por cierto, las notas están contextualizadas a la naturaleza y gastronomía del sitio y del país.
Edito: pongo más fotos en el primer comentario, ya que no me deja en la descripción...
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La ¿sala?
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Oferta mejorada
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Oferta
