El ambiente del restaurante es bonito, aunque clásico con una especie de patio interior y una terraza-calle en la parte trasera del restaurante que lo hace acogedor.
La calidad de la comida no es mala, aunque nada excepcional ni de alta cocina, aunque su precio pueda indicar lo contrario.
Fuimos dos personas a cenar a la carta. Comimos ÚNICAMENTE un entrante para compartir y un plato de pescado cada uno. El entrante era un revuelto de sobrasada con queso, en el cuál no encontramos la sobrasada, sólo algún mini trocito de una especie de tocino. No completamos con nada más, dado el resultado final y el trato. Cuenta (>60€ añadiendo un vino blanco de la tierra, DO Ibiza, Tentación) y salimos de allí.
Trato NEFASTO. Se aprovechan del "guiri" que paga lo que sea por comida "mediterránea" y una sangría. 15min hasta que nos sirvieron el entrante (hasta aquí bien, incluso te reciben con una copa de cava de los de 2€, rosado, para que vista más). Hasta que nos sirvieron el pescado: 30min. El pescado (una ralla y un lenguado al champagne, que para nada era champagne, ni cava).
Lo peor fue el trato por parte del dueño y la respuesta a nuestro comentario sobre la tardanza, la cual le trasmitimos ya que él se dirigió primero a nosotros mostrándonos el sudor que llevaba en todo su cuerpo. Nos dijo: "seguro que su mujer cuando le hace un pescado, tarda lo mismo o más", "yo no soy político, hay mucha gente, mire cómo vamos de atareados". Tremendo. Entre otras cosas, machista. España cañí!! No lo recomiendo para nada. La comida, justita. No justifica para nada el precio desorbitado (aunque es lo que toca en zona de costa y más en Ibiza), pero seguro que por ese precio se come mucho mejor en otro sitio y con mejor trato. Igual por algo los otros restaurantes del lugar estaban más que llenos y en este había gente.
Recomiendo el restaurante de comida Hindú que hay enfrente, te tratan amablemente a pesar de estar hasta la bandera y la comida es aceptable para su precio.