En observación...

Para combatir los calores y un leve aburrimiento veraniego, me acerqué al barrio de Salamanca a conocer este local que creo que anteriormente ocupó el restaurante Filo.
Se trata de un espacio de los que se estilan de un tiempo a esta parte, con varios ambientes. Aparte de los consabidos barra y restaurante, tiene una pequeña terraza y zona club donde se puede picar algo a cualquier hora del día y tomar copas o cocktails.
La zona de restaurante está dividida en al menos dos salones (no curioseé mucho), con siete u ocho mesas cada uno. Bien decorado, tonos claros en maderas y tapicerías, bastante agradable. Las mesas tienen la separación justa pero están bien vestidas, vajilla, cubertería y cristal bastante correctos. Enseguida me ofrecieron algo para abrir boca, agua mineral en cantidad y copa de cava. Eligieron Torelló reserva 2008. De picoteo, los típicos frutos secos con el toque asiático algo picante, poco apropiado para comenzar una comida. Sirvieron una 2ª copa de cava, invitación de la casa.
La carta es corta en platos, pero suficiente en variedad. Entrantes fríos y calientes, arroces y pastas, siete carnes y cuatro pescados.
Aunque en los entrantes hay representación de los muy manidos toques italianos y asiáticos, lo he considerado en la ficha de cocina tradicional por la presencia entre los pescados de ajoarriero y chipirones en su tinta, o entre las carnes, callos, morcillo o rabo de toro. Se nota que uno de los propietarios y chef es hijo de los dueños de Doña Paca.
Hoy tocaba chicha y me decidí por unas croquetas de rabo de toro y un steak tartare.
Las croquetas eran correctas, pero mejorables en todos sus aspectos. Crujientes pero necesitadas de una capa más fina, bien de sabor pero echándose en falta la potencia de la carne, y con una masa algo espesa, falta de cremosidad. Creo que soy muy exigente con las croquetas. Tuvieron el detalle de servir las unidades que deseara, fueron tres.
En cuanto al steak tartare en la carta se anuncia "en vivo", y no fue tal, llegó ya preparado pero justo en el punto que había pedido (picante sin exagerar). Carne de calidad y sabores bien ensamblados. A mejorar las tostas que lo acompañan, que son "de bolsa".
Como postre una tarta fina de manzana con helado de vainilla, que pasó sin pena ni gloria. Fue lo más flojo.
Al ir solo, no me animé a ver la carta de vinos, pero en botelleros que estaban a la vista se veía calidad e inquietudes. Me ofrecieron tres o cuatro vinos por copas, creían tener abierta una botella de San Román pero no era así. Tuvieron el detalle de abrir una botella de Viña Sastre roble, del que tomé dos copas, acompañó bien las carnes.
Cubitera ya que llegó un poco pasado de temperatura.
Un cafelito y de nuevo a atravesar el infierno solitario que era Madrid esa tarde.
Charlé con Angel, Jefe de Sala, muy afable, al igual que la camarera que me atendió, encantadora. Me comentó Angel que llevaban apenas dos meses funcionando y ese mismo día cerraban una semana para unas pequeñas reformas que no pudieron hacer en su momento.
Local a seguir, esta visita es solo orientativa. De momento, cocina correcta, atención muy amable y espacio agradable.
El precio es el neto pagado, sensiblemente inferior a precios de carta por reserva on line en un club gastronómico.

  1. #1

    Hambrebuena

    Observa, observa! Que no están los tiempos para que las croquetas sean una croqueta cualquiera ;-)

  2. #2

    Tabanquero

    en respuesta a Hambrebuena
    Ver mensaje de Hambrebuena

    Aguda observación, Ada, porque la calidad de las croquetas es un indicativo del nivel de cocina, en opinión de la gente que entiende de esto, y en mi humilde opinión también. Sobre todo indica el cariño que se pone al cocinar...
    Saludos

  3. #3

    Craticuli

    en respuesta a Tabanquero
    Ver mensaje de Tabanquero

    No recuerdo donde leí que en las croquetas manda el sentido de la proporción, reflexión con la que no puedo estar más de acuerdo, si son muy grandes el rebozado no cumple su crujiente función, si son muy pequeñas el que no da la talla es el relleno, la melosidad de su contenido es esencial para aupar a la popular preparación a cotas de alta gastronomía, esas que ‘’chorrean’’ por el paladar al hincarles el diente las mejores y doradas, que no quemadas, como mandas los cánones.
    https://www.verema.com/restaurantes/38825-estado-puro-madrid/valoraciones/894617-segundas-marcas

    Que razon tienes con lo de las croquetas, sin duda una preparacion que dice mucho de las cualidades culinarias del ejecutor. Son faciles de hacer, pero hacerlas buenas es muy dificil.
    Saludos.

  4. #4

    Tabanquero

    en respuesta a Craticuli
    Ver mensaje de Craticuli

    Tu si que tienes razón, amigo Craticuli, ¡¡ cómo se disfruta de unas buenas croquetas !! Cuando vengas por los madriles nos vamos por El Quinto Vino a probar las de "La Señora Esperanza" (siempre que las siga haciendo ella, claro)
    Saludos

  5. #5

    Craticuli

    en respuesta a Tabanquero
    Ver mensaje de Tabanquero

    Encantado con tu propuesta, te cojo la palabra.
    Un abrazo.

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