El día de Sant Jordi en Cataluña es un día muy especial, no es festivo pero tampoco se trabaja al 100x100, es el día en que ellas nos regalan un libro, y nosotros les correspondemos con una Rosa. Bueno, eso es lo hace la gente normal, los políticamente incorrectos, al ver el precio que tienen las rosas ese día, le proponemos a la parienta que la podríamos cambiar por una botellica de Gramona bien fresquita con la que acompañar la comida.
Era uno de esos primeros días primaverales en los que apetece salir a que te dé un poco el aire, dar un paseo por la orilla de un bonito lago y picar algo sin demasiada complicación, así que como el lago que teníamos más mano era el de Banyoles, hacía allí nos dirigimos.
Y bordeando el Lago acabamos en el Restaurant La Carpa, donde aparte de la Botellica de Gramona, y tras un vistazo a la carta nos decantamos por:
Y seguimos con:
El postre:
Para beber:
Y así pasamos un bonito día de Sant Jordi.
Bocata Calamares
Como con la catástrofe del Prestige, nunca mais.
Como se ha comentado anteriormente la ubicación es privilegiada, frente al lago, para disfrutar de la vista durante la comida pero sin disfrutar la comida.
Viernes 14,45h sólo dos mesas ocupadas ya hacían presagiar que algo no iba bien.
Ofrecen un menú de 12€ que a base de suplementos puedes ir cambiando por platos de la carta.
Nuestra opción consistió en dos de espárragos verdes a la brasa con un suplemento de 2€ por ración, cordero a la brasa suplemento 2€ y pollo a la brasa.
En lugar del cordero a la brasa, había pedido costillas de cordero que tenían un suplemento de 8€, se limitaron a dejar el plato sobre la mesa y nadie vino a dar una explicación o pedir una disculpa por el error en la comanda o en la cocina.El pollo a la brasa estaba crudo por lo que tuvimos que pedir que lo pasaran nuevamente por la parrilla.
De postre sorbete de limón.
Una botella de agua de litro y una caña de cerveza. Dos cafés.
Servicio inexistente, sin mediar palabra, de "importación", con pocas ganas de trabajar, desesperante el tiempo de espera tanto para que nos sirvieran el primer plato como para conseguir que trajeran el segundo, por lo que deduzco que la cocina no funciona.
Restaurante que aparte de su magnífica terraza que se debe ocupar los festivos a la hora del aperitivo, solo debe funcionar con las excursiones de jubilados que tiene contratada la comida en su visita al precioso lago y el paseo en barca por el mismo.
Repito, nunca mais
En mi anterior comentario digo ”Cuando entras a un restaurante y en la estantería de Ginebras únicamente ves tres botellas y todas ellas de la misma marca, ya empiezas a pensar que el tema del vino no es su principal preocupación.
Es una pena no poder aprovechar su terraza para saborear un buen GT después de la comida o cena.”
Bien pues donde dije digo digo Diego, eso me pasa por no preguntar.
Me gustaría disculparme puesto que en esta ocasión vi una buena variedad ginebras en la estantería, sorprendido pregunté y me dijeron que en mi anterior visita las tenían en un carrito para servir GT en la terraza. Así que como rectificar es de sabios, rectifico.
En esta ocasión para cinco personas pedimos un menú diario 15€ y cuatro menús de 25€
La comida similar a la anterior, un pica pica de Calamares, croquetas, coca tostada con anchoas, todo muy bueno con un pequeño fallo por nuestra parte, nos olvidamos de pedir jamón del bueno cortado a mano, que aunque tiene un pequeño suplemento vale la pena pagarlo.
Seguido de costillas a la brasa, caracoles y calamares a la plancha.
Postres, cafés….. etc.
Esta vez regado con dos botellas de Agustí Torelló Mata a 13,50€ c/u.
Y 4 GT de Tann’s perfectamente presentados, a 8€ c/u.
Total para cinco personas 174€ (no pagué pero pude ver la factura)
Costillas de cordero
Calamares
Caracoles
Reconozco que soy un poco maniático, y una de mis manías es que en un restaurante bien situado, en una zona turística, con bonitas vistas, amplio, bonito, con salones en los que ofrecen actividades, con precios ajustados, etc…. No se puede comer bien. Pues lo reconozco, o estaba equivocado o he encontrado la excepción que confirma la regla.
Llevado casi a rastras por mi esposa que lo conocía de una reunión empresarial, y mosqueado porque no acababa de verlo claro, nos llegamos a Banyoles, mundialmente conocida por su bonito lago frente al cual y con vistas al mismo se encuentra el restaurante que nos ocupa.
Calamares a la Romana
Jamón Ibérico
Anchoas con “pa torrat amb tomàquet
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