Visita a este restaurante un martes por la noche y como era de esperar solo dos mesas ocupadas, la nuestra de 5 y otra pareja, local cuidado, nos sentamos en la terraza cerrada que tienen a la entrada.

De aperitivos tomamos unos buñuelos de bacalao muy correctos, y unas alcachofas con jamón que para mi gusto estaban un poco demasiado hechas, pero de buen sabor. Como principales 2 chuletones en su punto y de buen tamaño, un solomillo muy jugoso y tierno, al igual que los chuletones de ración generosa, un bacalao con ajo gratinado, que según decían estaba muy acertado y otro bacalao con verdurita.

La cena la acompañamos con un Vega Sicilia Valbuena de 2006, vino perfecto, que fue mejorando conforme paso el tiempo, para su degustación merece la pena descorcharlo un par de horas antes.

La cena la rematamos con un par de Gintonics.

En conclusión un restaurante que merece la pena visitar, muy tranquilo y si encima estas en buena compañía, que más se puede pedir.

Nos sentamos en una especie de terracita cerrada que tienen a la entrada, zona luminosa y agradable ya que la temperatura del dia acompañaba. Mantelerias de hilo, vajilla y cristaleria correctas y sillas algo incómodas.
Pedimos de entrantes unos chipirones con pimientos del padrón y nos trajeron un "pozal" de chipirones con pinmiento verde cortado. Se lo hacemos saber al camarero (creo que Argentino) y nos incica que Si son de Padrón. Le indico que se lo diga al cocinero. Plato insulso donde los haya. Luego vinieron un salteado de mollejas y mas de lo mismo. Entramos a los fuertes con un bacalao con pisto que, aunque en la carta anuncian los pescados frescos, este venia del congelador. El pisto como el que hace mi mujer a correprisas para cuando vamos al campo en semana santa. Terminamos con un buey a la piedra que pudimos hacer al gusto y que comimos con gusto. Helado de turrón y flan de cafe (tambien insulso) y lo mejor de la mesa: Un Pago de los Balagueses servido a temperatura correcta. 102 euros 2 pax. Totalmente desaconsejado gastronomicamente hablando.

Sin ser “Nada del otro Mundo” es una opción que no esta mal. Poco Mas!
El local es amplio y el salón es cómodo y bien acondicionado, la decoración sin ser exquisita, es coherente con el local.
La cocina es excesivamente clasicona y trasnochada, no ofrece nada nuevo, ni tiene ningún plato que llame la atención, sin embargo, todas las propuestas son honradas, bien preparadas y presentadas.
Mantelería, vajilla, cubertería y cristalería adecuados, correctos sin alardes, ni concesiones, ni originalidad, ni creatividad ninguna.
La bodega, ídem de lo mismo, excesivamente clásica, Rioja, Ribera, algún Valenciano, nada nuevo, nada sorprendente, pero con alguna que otra propuesta para salir del paso, eso si, casi siempre fuera de temperatura!
Servicio correcto, también sin mas y Relación Calidad Precio también sin mas.
En general eso, SIN MAS, un restaurante que sin ser una mala opción, tampoco es la mejor!

Tiene nombre su carne a la piedra, pero te sacan trozos de carne con exceso de grasa que cuando la quitas te quedas sin comer. los vinos a temperatura ambiente (30º ) en verano,

Restaurante donde bordan (al menos para una de Bilbao) el arroz con bogavante y con fama de buenas carnes de buey a la piedra.
Carta de vinos con poquísimas referencias de vinos de la zona de Levante y con primacía de Riojas y Riberas.Precios razonables.Copas un poco justas. Desgraciadamente no disponen de un armario para la conservación del vino a pesar de los calores que se viven en Valencia.