No es un restaurante al uso pero avisando te preparan la comida que quieras cuando quieras.
Realizan visitas teatralizadas a la bodega y al caserío los sábados a las 9 de la noche ofertando un menú y todo ello por 35 euros.
Nosotros en visita un poco informal comimos una ensalada de ventresca con cebolleta y guindillas, muy refrescante.
Después nos sacaron una tabla de chorizo elaborado por ellos mismos que pecaba un poco de tierno, ese mismo chorizo con unos días más de curación y un pelín más de picante hubiese sido la leche.
Para terminar nos comimos una tabla de queso, muy rico, de media curación y acompañado de una mermelada elaborada por ellos que la verdad es que estaba muy rica y la mezcla de diez.
Un rico pan de chapata, crujiente y todo regado por su propio txakoli del que probamos el blanco pero también elaboran uno blanco de barrica, uno rosado y un vino espumoso que entra muy bien.
El entorno es impresionante,rodeados de las propias viñas y de montañas verdes y con unas estupendas vistas del pueblo más grande de Araba (Se nota que estoy hablando de mi pueblo? :-)), una noche de verano con cielo raso pocos sitios mejores se podrán encontrar. Tampoco en invierno hay que hacerle ascos, podemos pasar una romántica velada al calorcito de su fuego bajo.
Y todo ello a 20 excasos kms de Bilbao; por autopista en un cuarto de hora nos presentamos allí.