En este día de asueto acudimos con unos buenos amigos a este local de las afueras de Madrid, dispuestos a corroborar los buenos comentarios de familiares y amigos.
Se trata de un local amplio, anexo al hotel propiedad de la misma familia.
Dispone de parking vigilado y una entrada agradable que desemboca en varios salones amplios, de decoración un punto más cuidada que los típicos asadores madrileños.
A pesar de haber varias celebraciones, éstas estaban acomodadas en salones independientes y no interferían en absoluto al resto de comensales, que disfrutábamos de un bonito salón de aire rústico pero acogedor y luminoso dada la gran claraboya central.
Excelente separación entre mesas, bien vestidas, con buenas vajilla y cubertería aunque la cristalería es manifiestamente mejorable.
La carta es la típica de asador con el destacado acompañamiento de guisos y platos de cuchara, por lo que más bien debo encuadrar su tipo de cocina en la tradicional.
Sin más preámbulos de aperitivo y picando unos pinchitos de tortilla española detalle de la casa, pedimos para compartir:
- Croquetas caseras (4) para las dos niñas. Grandes y ricas.
- Tomate pelado con ventresca en escabeche (fuera de carta). Tomate insulso, ventresca excelente.
- Verduras plancha. Seis variedades, buen género pero de nuevo insulsas.
- Matrimonios. Anchoas perjudicadas por espinas -de las que se notan- junto a unos boquerones excelentes con un punto de vinagre muy agradable.
Tras el picoteo...
- Paletilla de cordero lechal, buena.
- Un churrasco a compartir entre adulto y niña. Bueno.
- Dos cogotes de merluza, hermosas piezas y muy jugosas.
- Bacalao al pil-pil, gran lomo, con una salsa bordada a "muñequilla", no con "equismix".
Como postres
- 2 tartas de queso, bien de sabor pero con una textura untuosa que empalagaba.
- 1 Milhojas, rico.
- 1 Arroz con leche, correcto.
Cerraron la comida cuatro cafés y dos licores invitación de la casa.
Pedimos dos copas de blanco (sirvieron Cvne), pero no pudimos apreciar el servicio de vino, por lo que no lo valoro. La carta de vinos muy clásica y sin inquietudes.
Además 2 botellas de agua y 4 cervezas que redondean un total pagado de exactamente 200.00 €. En el precio por persona elimino la parte de las dos niñas (las croquetas, paletilla lechal, 1/2 churrasco y dos postres) y divido entre 4 para llegar a un precio por adulto de tan sólo 39.25 €.
Esta visita habla de un local agradable, con buen y amable servicio exceptuando algún despiste.
La cocina es honesta, generosa en cantidades y calidades aunque con alguna deficiencia en los puntos de sal y aderezos. Relación calidad precio de notable alto.
Nos queda pendiente una nueva visita para probar sus guisos y cuchareos, faceta que ha dado fama al local.