Es un bar de tapas (no tiene mesas) muy céntrico y que suele estar lleno a pesar de una gran rotación de clientes, pero que hace buenas tapas, incluso generosas, a menos de 2 € la mayoría de ellas y ninguna llega a 3 €, y con buena calidad. Además tiene muchas e interesantes opciones de vino por copas. No hay carta de vinos y sí carta de 30 tapas de cocina.

Fuimos 4 y tomamos: 3 mini hamburguesas de morucha (ternera de la zona) con el pan un poco seco, buena carne y textura de la hamburguesa; 1 de pluma ibérica al PX muy sabrosa, racion abundante; 1 x burger de chicha blanca y queso brie de lo mejor a pesar de otra vez pan seco que debe mejorarse; 2 x hamburguesa de morcilla y cebolla caramelizada una delicia; 1 x tosta de jamon con foie esta vez con buen pan.

Copas de vinos: Almirez, Cepas Viejas de Dominio de Tares, Huno (en oferta ese día para copas) y 1 clarita de cerveza y 1 cerveza. Valoro bien más que el servicio que fué correcto, la gran variedad de vinos por copas sin ningún reparo en abrir botellas nuevas.

Lástima no tener una mesa para sentarte una hora y probar un montón de las tapas que habían en la carta. También es que la cultura mediterránea no es de ir tapeando.
Sitio perfecto para comer y seguir visitando los monumentos (o las tapas), pero hay que ir pronto o te quedas en la puerta.