Buen asado.

En viaje a Madrid, volvimos a hacer la parada que era habitual hace años cuando no existían las autopistas, comer en Aranda de Duero. Y nos decidimos por este clásico y antiguo asador de lechazo.
Han hecho una ampliación que no guarda el toque de rusticidad que mantiene todavía la zona antigua, para acceder al comedor hay que subir por una empinada y estrecha escalera de desgastada madera.
El horno está a la entrada del rte. en donde te ofrecen seleccionar el cuarto que mejor de adapte a tus "hambres". Como eramos dos personas escogimos un cuarto delantero (tiene la paletilla) no muy grande pues teníamos que continuar viaje a Madrid.
Acomodados en el nuevo comedor compartimos dos personas : de entrada, unos pimientos asados con bonito escabechado, sabrosos,pero el bonito muy bueno. Y despues el plato estrella, un cuarto delantero de lechazo, muy bueno, bién asado, piel crujiente, como si fuera hojaldre. De postre unas natillas que bajaron el nivel de la comida.
Para beber un Ribera del Duero Balbas Roble, siempre me gustó esta bodega y sus vinos, nos acompaño estupendamente la comida, estaba frutal, madera imperceptible y era largo con un buén paso de boca.Agua mineral y café y una infusión.
La bodega se limita a una amplia oferta de vinos de la zona,osea Ribera del Duero y un par de Riojas. La vajilla y cristalería es muy floja. En el servicio del vino se limitan abrir la botella. Pero vale volver por su asado.

Recomendado por 2 usuarios

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar