Básico

Local de barrio lleno hasta los topes duplicando las apretadas pocas mesas (sobre 10), entre las cuales se hace difícil pasar. Por descontado que no hay mantel, que las copas, platos y vajillas son corrientes, etc.. Suele llenarse de gente habitual porque el camarero que toma las comandas saluda por el nombre en varias mesas.

El local de forma más cuadrada de lo habitual tiene una barra a la izquierda y el resto es comedor. En la barra tapas de las habituales en la cocina casera y en los almuerzos que también tiene por las mañanas. A medio día funciona con un menú básico de varios primeros y segundos a elegir más pan, primera bebida y café o postre; en este caso por el precio marcado. Tiene también opciones a la carta que en realidad es un listado más de tapeo que de restaurante al uso.

La bebida fue cerveza (parece arriesgado el vino en estas condiciones). El pan bastante correcto. El café muy bien hecho. Lo comido:

. revuelto de ajos tiernos y gambitas: correcto.

. churrasco a la plancha con chimichurri: buena ración, carne correcta y elaboración sin complicaciones; unas pocas patatas fritas y la salsa como acompañantes.

Fue una huida de las cadenas alimentarias de la estación de Sants. Lo volvería a hacer.