Nunca he ido a cenar ni he probado la carta, pero el menú que ofrece a mediodía no está mal. Como voy muy a menudo lo tengo bastante visto. A la hora de comer no se calientan la cabeza y repiten casi siempre lo mismo. De primeros alguna crema y ensalada, de segundos no fallan los muslitos de pato confitado ni el solomillo de cerdo con alguna salsa. Postre, bebida y café incluido por 9,5€. No hace virguerías, pero me ha sacado de más de un apuro.

Pequeño local regentado por Patrick Menon (anteriormente en el bistró El bicho raro). Me acerqué una noche para cenar algo ligero, así que no probé las elaboraciones con pato o el crepe de setas, que he dejado para una próxima visita. En esta ocasión probé la tosta de foie y la tosta de tartare de atún (en mi opinión la base, el tipo de pan empleado, creo que puede mejorarse), 5 modalidades distintas de "saquitos" (pasta brick, creo recordar, con diversos rellenos, todos ellos bastante sabrosos) y una muy buena tarta tatin. Para beber, dos copas de vino de la casa. Servicio amable, un local agradable.