Después de pasar la mañana visitando la bodega de Grégory Pérez (Mengoba), que incluyó visita al viejo viñedo que tiene en la localidad de Espanillo, tocaba buscar un sitio donde comer y como eran ya las tres de la tarde no quedaba más remedio que conformarnos con lo primero que pilláramos. Casualidades de la vida resulta que el local en cuestión ya lo había visitado antes el amigo Sergio, así que no voy a entrar a describirlo. Nada más mencionaré que la pareja que atiende la sala es gente muy amable y que se esfuerzan en que todo el mundo esté a gusto.
Es viernes al mediodía y el comedor, decoración estilo años ochenta, está casi lleno. La mayoría de la clientela va al menú del día, opción por la que nos decantamos nosotros también después de ver la carta y comprobar que en el menú figura prácticamente todo lo que pensábamos comer. Su precio es de 10€ y permite elegir entre un amplio número de primeros, segundos y postres. En mi caso me decanté por lo siguiente:
- Garbanzos con callos: muy buenos, para haberse comido una perola entera.
- Churrasco con patatas fritas: buen sabor, pero la carne estaba quizás algo "tiesa". De todas formas no sobró nada.
- Arroz con leche: correcto.
El menú incluía ya un vino, pero después de ver la carta optamos por cambiarlo, eligiendo uno de la bodega y el viñedo que acabábamos de visitar: Mengoba Mencía del Espanillo 2009 (20€), que acompañó perfectamente lo servido. Acabamos la comida con unos cafés, declinando la invitación a unos orujos en vista de que todavía nos quedaba un duro día por delante (visita verpertina a otra bodega y cena de nivel en el hotel donde nos alojábamos).
Pienso yo que a las 15:00 todavía puedes pillar en mesa en muchos sitios, no????
Pensé darte un toque al salir de la bodega por si conocías algún sitio de Cacabelos donde comer, sabedor de que te habías movido por la zona. El caso es que nos metimos en el pueblo y al lado de donde aparcamos estaba este local, así que no nos lo pensamos más y para dentro.
La verdad que sí. Nos dedicó prácticamente una mañana entera entre bodega y viñedo. Nos pillamos un par de cajas, que empezaremos a abrir en breve, aunque en la bodega catamos casi todos sus depósitos y frudres.
Pues sí, seguramente no hubiéramos tenido problemas para encontrar mesa en otros locales a esas horas, pero como tampoco contábamos con referencias nos metimos en éste. Al final acertamos.
Los garbanzos me encantan y los callos también, así que la suma de ambos ni te cuento. Como son platos que en casa no los comes, en cuanto tienes la posibilidad de comerlos vas de cabeza. De allí nos fuimos casi directos a Losada, donde realizamos una visita estándar que no aportó mucho, la verdad. Encima quisimos comprar alguna botella de la Bienquerida pero no les quedaba.
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