Como ya han comentado en detalle la decoración, menaje, ambiente,... me centraré en la comida. Tan solo comentar que nos sentaron en una mesa redonda donde bien podrían haberse acomodado 6 personas, aunque las mesas están bastante juntas.
Menú degustación para almorzar:
Snacks de bienvenida:
* Mullaor de tomate cherry, aceituna de calamata y anchoa - Sabroso y picante.
* Oreo de queso de cabra de la sierra de Espadán - Nadie me aviso de que, a pesar de que no olía, sí tenía un fuerte sabor a queso. No soporto el queso, pero el resto de comensales se lo comieron sin pestañear. Empiezo a hartarme de ver variaciones sobre lo mismo, sobre todo porque tampoco soy muy amigo de las galletas Oreo.
* Boca bits de bacalao - Como pan de gambas, pero más "currao" y con algo más de sabor.
Entrantes:
* Yema de huevo, berenjena, encurtidos y mojama - Delicioso. La cremosidad de la yema y el sabor a vinagre de los encurtidos me pareció una excelente combinación. La mojama y la berenjena, missing.
* Callos marineros de bacalao, papada ibérica y guisantes frescos - Apabullante aroma ahumado al destapar el plato y contundente combinación. Garbanzos algo duros para mi gusto.
* Trinchat de patata y col, velo ibérico y salsa perigordini - Como últimamente no veo el tocino ni en foto, me supo a gloria.
Arroz:
* Arroz de morcilla blanca, careta y espárragos trigueros - Sublime. Perfecto el punto del arroz, sabrosísimo y con un sabor a morcilla que me encantó (de hecho, nada más entrar al local ya noté ese aroma a morcilla). El punto avinagrado de la cebolla y las alcaparras encurtidas pusieron el contrapunto a la pesadez de la careta y la morcilla.
Creo recordar que tomamos postre, aunque no lo veo en el listado de platos que he recibido del restaurante y que han tenido la amabilidad de enviarme por e-mail. Tan solo recuerdo que llevaba zanahoria y que tenía un precioso color amarillo. Bien de sabor, nada empalagoso.
Servicio muy atento y servicial, a pesar de que mi ritmo fue más bien lento y retrasé un tanto al resto de comensales. Algunos platos nos lo comentó la camarera y otros, el cocinero. Nos cobraron 6,-€ por botella en concepto de descorche. Copas Spiegelau sencillas. Decantaron los dos vinos en una mesa auxiliar aneja y nos fueron llenando las copas a buen ritmo. Con el postre tomé una copa (generosa) de Tintoralba dulce 2011 (4,50,-€) servida a buena temperatura en copa Schott Zwiesel del tipo Arômes o similar.
4 botellas de agua (2,-€/ud.), un café (1,30€), un cortado (1,50€) y una infusión (2,-€) completaron la cuenta.
En general, comida muy buena con presentaciones irregulares y tal vez algo de exceso de encurtidos para algunos gustos. Creo que nos vieron cara de multimillonarios al ver los vinos que trajimos, ya que la maitre y el cocinero nos llevaron en bandeja. Uno de los comensales, asiduo del local, comentó que siempre habían tenido algún detalle con él. Con nosotros, no. Me fastidió que la copa de vino dulce que tomé costase lo mismo que la de otro que a mí me cuesta casi un 50% más la botella.
Con todo, un lugar absolutamente recomendable al que no me importaría en absoluto volver. Y además, muy bien de precio. El importe corresponde a lo que tomé yo.