Vistas a la Bahía de Cádiz, mucha luz, ganas de agradar. Con eso ya tienes mucho ganado a la hora de ofrecer una comida, como pudimos comprobar en nuestra primera visita a la Escuela de Hostelería, edificio de unos 15 años de antigüedad.

Ofrecen sólo comidas a mediodía, en días laborables y durante período escolar, donde los alumnos hacen sus prácticas reales de cara al cliente. Mucha juventud con ganas de comerse el mundo, cualquier detalle se agradece, cualquier error pasa desapercibido.

Vamos al lío del montepío... recibimiento en el bar anexo, manzanilla y cerveza. Buena ambientación, mobiliario, agradable música de fondo.

Pasamos al comedor, unas 15 mesas, buena separación entre ellas, cristalería y vajillas acordes. Lo mejor, su luz y sus vistas.

Nos decidimos por el clásico menú degustación, todos los platos con una elaboración tradicional, con productos de la tierra, y esmero en cocina:

Aperitivo... que no recuerdo.

Entrantes
* Gazpacho de cereza con crema de queso. Buena presentación, quizás demasiado ácido para comenzar, al que la crema de queso le venía como anillo al dedo para rebajar dicha acidez.
* Huevo revuelto con bacalao y cebolla estofada. Rico bacalao, bien acompañado con el revuelto y espárrago triguero.

Pescado
* Filete de gallo y gambas rebozados con verduras salteadas con reduccion de Pedro-Ximénez y vinagre de Módena. El plato que más me gustó, el gallo de Cádiz rebozado, aliños de la zona,... sabores que no defraudan.

Carne
* Lomo de ternera a la plancha con salsa moscatel. Carne de buena calidad, acompañada de un pimiento rojo y cuscus. Por poner un pero la pedimos poco hecha y llegó al punto.

Postre
* Helado en tulipa. bizcocho de zanahoria con merengue flambeado al anís, tiramisú de queso payoyo, cremo de arroz con leche. 4 postres en el mismo plato, riquísimos todos ellos, a destacar el bizcocho de zanahoria.

Cafés con algún detalle dulce.

El precio del menú (sin incluir cafés ni bebidas) es de 29 euros.

Nos invitaron, muy de agraceder, a un segundo postre, unos crepes flambeados (creo que al ron) que nos prepararon justo delante de nuestra mesa. Magníficos!!

Acompañamos la comida con agua con gas (Vichy) y con el vino Museum Real Reserva 2003 DO Cigales (19 euros), que acompañó adecuadamente y se mostró muy vivo a pesar de sus nueve años.

Con el postre tomé una copa de Olosoro dulce Matusalén 30 años... pues eso. 6.5 euros la copa.

La cuenta ascendió a unos 90 euros. Creo que la comida está más cerca del 8 que del 7... aunque creo que está más cerca del 7 que del 8.5 que marca Verema... Es muy subjetivo. Lo que tengo claro, EMHO, es que la comida cumple con creces pero no sorprende, lo que puntúa es el entorno y la vocación y ganas de agradar de los alumnos, bien dirigidos por sus maestros.

Para finalizar quisiera dar las gracias a Jorge Troya por enseñarnos la Escuela de arriba a abajo y por el trato recibido, que fue formidable.