Las dos hermanas que regentan este restaurante situado en la parte alta de la pequeña población costera de Montgat desde hace casi 25 años siguen en la misma línea que se trazaron el primer día que abrieron el negocio.
Con el horno moruno alimentado con leña situado en el mismo comedor y donde se puede ver perfectamente la lenta cocción a que someten a las piernas de cabrito lechal y a los cochinillos, para su cocción sólo se emplea el agua y los ajos.
Para una cena de compañeros elegimos este restaurante al que hacía bastante que no iba, eramos ocho comensales y compartimos un pica pica consistente en pochas guisadas, morcilla, chorizo al vino, setas de cardo, picadillo.
Los segundos tambien fueron compartidos: 2 piernas de cabrito y medio cochinillo acompañados con ensalada bien aliñada, postres y cafés. Los chupitos de orujo son siempre invitación de la casa.
Tres botellas de vino DO Ribera del Duero y tres botellas de agua.
El servicio correcto, pues son las mismas propietarias las que se ocupan del mismo