Buenas trufas pero... "a la corriente".

En la avenida principal de Sarrión, capital de la trufa negra, encontramos este pequeño restaurante, que elegimos al azar, como hacemos cada vez que pasamos por la zona en temporada trufera con el afán de descubrir nuevos sitios.

El restaurante estaba a tope, pero nos hicieron un hueco, lo que es muy de agradecer.

Ser trata de un coqueto y pequeño local, muy aprovechado, quizás demasiado, en el que las apreturas son la tónica habitual los fines de semana.

Nos colocaron pegados a la puerta, puerta que cerraba mal, y no hacía más que entrar y salir gente. En Teruel y en invierno… Esta circunstancia nos fastidió el almuerzo. Pero es que además, las raras veces que la puerta estaba bien cerrada, seguía habiendo corriente… ¿¿??

En Serrón elaboran una buena cocina tradicional, turolense, con especial atención a la trufa.

Disponen de una carta muy bien concebida, que hace también de menú, y en la que la mayoría de los platos pueden ser aderezados con trufa a cambio de un suplemento.

Tomamos:

-----> Entrantes

Laminado de trufas. Soberbio. Un carpaccio de trufas negras en un aceite muy muy ligero (mezcla de oliva suave y girasol). No sé si estaba mejor el aceite o las trufas. Nos preguntaron varias veces si retiraban el plato una vez consumidas las trufas, y dijimos que no… hasta que no quedó ni una gota de aceite.

Cardo en salsa de almendras y trufa. Me recordó al que se hacía hace años en mi casa. Buena la verdura, con una salsa trabada pero liviana de almendras y la potencia de la trufa.

-----> Segundo

1/2 perdiz escabechada. Bien, tanto el sabor como la textura.

-----> Postre

Helado artesano de chocolate con naranja. La invisible naranja casi se apoderaba del chocolate. Nos gustó.

Carta de vinos escueta, de la que seleccionamos un Idrias Chardonnay, sin trato especial.

La pareja que regenta el negocio son simpáticos y muy trabajadores. Aquí a nadie le dicen que no. Entraba y entraba gente y a todos los acomodaban. Aquello parecía el camarote de los Marx. Nos tocó esperar algo entre platos pero ciertamente mucho menos de lo que nos temíamos a la vista de la nutrida concurrencia. Se lo curran.

Volveremos, se come bien y son buena gente, pero reservando previamente mesa y eligiendo una del fondo, porque la zona en la que estuvimos fue un infierno por el tema de las corrientes (evidentemente este aspecto tengo que reflejarlo en el apartado de “entorno”)

  1. #1

    Craticuli

    Un sitio interesante, sobre todo por la trufa y también por el precio.
    Saludos.

  2. #2

    G-M.

    en respuesta a Craticuli
    Ver mensaje de Craticuli

    Sin duda!

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