Repetimos.

Dado el buen sabor de boca que nos dejó este restaurante en nuestra primera visita decidimos repetir, en esta ocasión, para una celebración en pareja.

Mientras esperábamos que sirvieran los primeros platos nos trajeron una bandeja con aceitunas, all i oli, queso i mortadela acompañado de dos tipos de pan, uno de aceitunas negras y otro tipo chapata.

Empezamos con dos platos para compartir. La "Cesta de queso parmesano relleno de mezcla de setas con salsa de ajo y romero" que tanto nos gustó la primera vez, y lo volvió a hacer en esta ocasión, y un "Risotto con azafrán, queso parmesano y mantequilla". Sencillo pero sabrosísimo y con un punto del arroz perfecto.

En todo momento el servicio fue atento y cuando vieron que la mesa se nos quedó pequeña con las copas, los platos al centro y los platos individuales, más el pan, rapidamente nos acoplaron una pequeña mesa de servicio.

Como principales, mi mujer pidió un "Magret de pato con manzana, almendras y salsa de Calvados" y yo un "Solomillo de ternera con foie y salsa madera". He de destacar la calidad y el tamaño del solomillo, enorme, al igual que el plato de risotto.

Bebimos un Pago de Carraovejas 2009 en copas Riedel y rellenado de las copas en todo momento.

En el postre probamos la "Tarta caliente de chocolate y almendras con helado de vainilla y crema de Mascarpone".

La comida estuvo a la altura que nos esperábamos y buscábamos y solo puedo comentar un pequeño pero que no afectó en demasía. Dado que el restaurante apuesta con fuerza por el buen trato del vino y tiene una carta bastante amplia me sorprendió que no tuvieran ningún vino dulce por copas para acompañar el postre.

Seguro que seguiremos visitando este restaurante, sobretodo por su gran servicio.