Aprovechando que hacía un día maravilloso y que la cría no tenía colegio, hemos decidido subir a la nieve y posteriormente comer en Potes.
Tras comprobar que tanto El Oso como Casa Cayo estaban cerrados por vacaciones, hemos decidido probar un poco a la aventura y la verdad es que hemos acertado de pleno.
El restaurante se sitúa en la segunda planta de un edificio en el mismo centro de Potes, junto a la Torre del Infantado y al puente sobre el río Deva.
La decoración es de tipo rústica, con mesas de cristal y manteles individuales de plástico, con la separación justa entre las mismas, menaje correcto y cristalería de Ikea.
Aprovechando que había unas tres mesas ocupadas, nos hemos acomodado en una de las que están situadas en el mirador, con inmejorables vistas al pueblo y a las montañas nevadas.
Para comer lo teníamos claro desde el principio, cocido lebaniego.
Hemos empezado con la sopa, presentada en cuencos de barro, muy caliente y sustanciosa, de esa que te saca los colores y te hace hasta sudar.
Posteriormente hemos continuado con el susodicho cocido, presentado al centro en bandeja de barro, de enormes proporciones, perfectamente podrían haber comido cuatro personas del mismo, con su garbanzo pequeño y tierno, su repollo guisado y su compango ( chorizo, morcilla, costilla adobada, carne de cocido y las típicas bolas de masa) muy, muy bueno, hemos repetido plato hasta hartarnos y todavía ha sobrado.
Cestillo de pan de dos variedades, trigo y maíz.
Por supuesto, no ha quedado hambre para postres.
En cuanto al vino, tienen una escueta carta con referencias clásicas, para hacer la gracia completa hemos pedido un vino de la zona, Picos de Cabariezo Roble 2010 a 14,5€, bien de tª pero la botella la presentaron ya descorchada, error grave.
Terminamos con un par de cafés y un chupito de orujo blanco para mi, este último invitación de la casa.
En definitiva, muy buena opción si de comer cocido lebaniego se trata.
Cocido lebaniego.
Sopa de cocido.
Esa comida en esta época es una auténtica maravilla. Podíais haber comido primero y subir a la nieve después, seguro que habríais tenido menos frío ;-)
Creo que sigue abierto, aunque nunca he comido y ademas al estar a la entrada del pueblo, pues como que queda un poco alejado del centro histórico.
Y Casa Lamadrid no lo conozco, ademas, al estar en la zona de Cabezón de Liebana y dirección al puerto de Piedras Luengas, pues como que queda mas a desmano, y nosotros siempre que subimos solemos acercarnos hasta Fuente De, que la nieve está asegurada.
Por estas fechas no hay nada como un buen cocido de lo que sea, eso si, después de semejante homenaje ya te digo yo que pocas ganas quedan de arrastrar a la cría con el trineo cuesta arriba, jajaja.
Donde si terminamos fue dando un paseo por la playa de San Vicente ;-)
Ganas para arrastrar a la cría no ibas a tener pero fuerzas ... ;-)
En este viaje no hemos comido ningún cocido, es lo que nos faltó! A la próxima! Que la verdad es que apetece.
Qué bonito pueblo Potes!
Hombre, ya se que estuvisteis en verano y los cocidos como que no apetecen, pero tanto el montañés como el lebaniego son señas de identidad de la región que bien merecen un esfuerzo, eso si, acompañados de un buen vino, jajaja.
Un abrazo.
Hace unos 10 años estuvimos por primera vez en Cantabria, en el mes de octubre, y en esa ocasión sí tomamos cocido montañés que entonces era lo que más apetecía. A la próxima! Que estoy segura de que volveremos!
Un saludo.
Ada
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