Clásico y recomendable

Se trataba de una comida familiar y estaba con media entrada, quizás aprovechando la promoción de precio en carta. Sin ello resultaría una opción bastante cara, en un local incómodo y mal climatizado (en la calle la temperatura otoñal madrileña, incomparablemente mejor). Amén la chistorra y unos buenos panes para un magnífico aceite -del que no recuerdo marca ni procedencia- y picos (2,20 € p/p) tras unos refrescos/cervezas los entrantes han consistido en croquetas de jamón y pollo espléndidas; menestra de verdura (otras veces la recordaba mejor, más cerca esta vez del panaché); el inconmensurable pisto manchego con huevo y espárrago verde; la clásica ensalada de tomate con anchoas, excepcional, y ensaladilla rusa (que no enamora como los demás platos). De segundos, el seguro chuletón de buey para dos, perfecto de punto la carne y servido en bandeja para rematar en plato caliente; un bacalao dourado según dijeron muy bueno; media de manitas de cerdo, también muy buenas, y el plato de menos nivel, en mi opinión, el bonito con tomate, de calidad pero con un color el tomate de plato combinado de estación, algo impropio, ya que esperas otra cosa más roja y sabrosa (las patatas paja, sí son reseñables). Capítulo postres, nadie ha perdonado el suyo: panchineta soberbia; tarta de chocolate y naranja muy rica; buñuelos de crema muy ricos igualmente, un buen sorbete de limón al cava y sorbete de frambuesa igualmente aceptable. Vino (de la extensísima carta de la bodega surtidísima) servido a probar y luego para autoservicio en mesa, un Valdelofrailes de Cigales, fantástico (no recuerdo añada, 24,80 € sin IVA). Agua y cinco buenos cafés a los que les faltaba una teja en condiciones y un chupito de orujo (castigo, quizás, por ir con la oferta de descuento). Precio p/p sin descuento 55,18, con la promoción 38,62 €.