Nos gustó.

En viaje de negocios a Madrid y un domingo por la noche decidimos ir a este castizo mesón-taberna, pues se encontraba próximo al hotel. Acertamos, primero descubrí que es una sucursal del famoso bar Casa del Abuelo de la calle Victoria por sus famosas gambas en los años 50 y 60. En mi juventud siempre que iba a Madrid me daba una vuelta a comerlas.
Su decoración es de paredes alicatadas con cerámica de ¿Talavera?. Tiene una amplia y larga barra de marmol muy bién surtida, y luego dos pequeños comedores, en uno de ellos nos pudimos sentar. El personal muy amable y con ganas de satisfacer. La cristalería era Schot.
Pedimos varias raciones para compartir que fueron: Patatas mixtas(8,40), alioli y tomate picante, crugientes por fuera, blanditas por dentro y abundantes, nos gustaron. Pimientos de Padrón(7,80), ricos, no picaron mucho. Gambas al ajillo(10,70), eran pequeñas pero sabrosas, de las que habían pelado. Jamón ibérico(25,90), buena ración, estaba dulce y sudaba la grasa, nos gustó.
Para beber el vino de la casa etiquetado para el grupo hostelero que es un Vino de la D.O. Toro(16,20),nos sorprendió muy gratamente por la apuesta de la D.O., nos gustó y acompañó estupendamente la cena. Es de agradecer que nos lo sirvieran fresco, a la temperatura adecuada para estos tipos de vino. Su extructura y potencia así lo demanda. Pan y agua coplementaron la cena. Tan gratamente quedamos que al día siguiente decidimos ir a desayuna. Café con porras y té con pan tostado con aceite de oliva y tomate, los dos 4,80.

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