No nos encontramos en un restaurante, mas bien en una bodega abierta el publico en la que se pueden degustar algunas tapas, muy ricar, pero muy sencillas como los embutidos ibericos, los quesos, y algunas tapas calientes como las coquinas del puerto, chicharrones, albondigas en tomate... Lo que hay que destacar es la maravillosa oportunidad de catar los vinos que alli se crian con esmero, empezando por un abocadisimo amontillado, un seco oloroso, un aromatico y delicado fino que es gloria bendita, y un concentrado y untuoso PX. El entorno es una maravilla, es un antiguo patio de bodega, con las naves de crianza a la vista, y rodeado de plantas y flores. Un ambiente inmejorable con unos vinos exquisitos. Enhorabuena¡¡

Precioso patio donde se sirven unas discretas tapas (jamón, queso, y algunos guisos) acompañados de copas de vinos de las bodegas Grant. No es un lugar donde se vaya a gozar comiendo pero si bebiendo los buenos generosos de la bodega. Lo mejor de todo es el lugar. Visita obligada.