No tengo miedo a equivocarme, cuando hago esta afirmación. Situado en el centro antiguo de Vilassar de mar, este restaurante tiene capacidad para unas 40 personas. Se abrió hace menos de un año, y ya goza de fama en la comarca (y no es de extrañar). Lo inquietante es que no hay ningún japonés ni oriental por ningún lado, la mayoria son brasileños. La carta es algo escueta, pero con platos novedosos, como una especie de makis con queso philadelphia. La carta de vinos sorprende por su variedad y posibilidades. Encontramos cava, champagnes, rieslings alemanes, gewurtztraminer austriacos y por supuesto el mal llamado vino de arroz (sake). Todos pensados para maridar a la perfección con la comida japonesa, además con muy buenas copas (lástima que los camareros desconozcan el vino que sirven o tienen). Lo mejor es pedir el variado de 20 piezas (26 euros), del cual adjunto foto, y como veréis a lo mejor os quedáis con hambre, ya que este variado tiene de todo, sushi, sashimi, niguiris... Todo de primera calidad, y en la textura y sabor se nota. Claro, lo bueno no es barato, por mucho que insista el del lidl.
Para continuar os recomiendo el tartar de atun (en la foto) y unas guiozas de pollo (todo increible). El precio es sin el vino (que fue un riesling alemán, del cual no recuerdo el nombre). El postre, helado de te verde y un coulant de chocolate.
Volveremos seguro!
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