Comida con los compañeros de trabajo, siete comensales, de los cuales, uno nos informó de que el dueño de este local ( Jaime ) preparaba comidas por encargo, tras observar el menú y parecernos correcto, reservamos.
El local se trata de un bar de los de toda la vida, con su barra, maquina tragaperras, etc... sin ningun tipo de encanto, tras tomar un par de rondas de cervezas, accedemos a la parte superior, lugar a medio camino entre comedor y almacen, con una pequeña cocina al fondo.
Mesas correctamente vestidas, sofas de escai verde y vajilla y cristaleria bastante basicas.
El menú nos salió a un precio de 30€ y decir que todos los platos se servian emplatados individualmente.
Hay que hacer mencion especial al servicio recibido, se nota que este hombre tiene mucha escuela en cuanto a servir comida se refiere.
Los platos:
Salmon ahumado, que el personalmente prepara, simplemente espectacular, nada que envidiar a las mejores marcas de ahumados, algunos repitieron plato.
Revuelto de hongos, puro sabor a monte, excelente.
Langostinos a la plancha, buen genero, cinco piezas por cabeza.
Bacalao al pil-pil, dos buenos tacos de bacalao y el pil-pil muy conseguido, aquí algunos tambien repitieron.
Rosbeef al horno, magnifico punto de la carne, acompañado de patatas gajo con especias.
Tarta al whiskey, lo unico industrial, servida con un buen chorrete de licor.
En el apartado de vinos, el menú incluia un crianza de Rioja bastante basico y unas cuantas jarras de sangria.
Hablando posteriormente con Jaime, sobre la posibilidad de poder llevar nuestro propio vino y copas en futuras comidas ( porque doy por seguro de que habrá mas ) dijo no haber ningun problema.
Terminamos con unos cafes, unos chupitos de orujo y jugandonos las copas a la flor.
Volveremos a encargar mas comidas, seguro.