Auténtico.

Situado en el elegante barrio de Parioli, este restaurant decorado de forma rústica, constituye un lugar atractivo para el visitante, por su servicio eficiente, amable, sonriente, "muy italiano".
Cocina de elaboración franca, homogénea, nada pesada ni grasosa; casi me atrevería a calificarla, de "fácil digestión".
Productos naturales de calidad, que, son elaborados con sencillez, pero totalmente apetitosos.
Buena parrilla. Carnes y pescados notables, de calidad y de punto de elaboración. "Contorni" de los platos abundantes y adecuadas al producto elegido.
Mención especial merecen las pastas, secas o frescas, con o sin caldo (brodo); y, por encima de todas ellas, la elaborada, cualquiera que sea la pasta elegida, "a la carbonara". Parece mentira que algo tan sencillo, esté tan bueno.
Postres más que decentes: muy buena fruta; helados de calidad notable; y, para los golosos, dolci muy italianos; esto es, con prevalencia de los bizcochos borrachos y distintas cremas, especialmente crema pastelera o zupa inglese.
Grandísimos espressos.
Restaurant en el que uno podría comer todos los días. No cansa y,eso, es mucho.
Precio sin vino.
Buena RPC.
Vale la pena.