Fin de semana de escapada a Milán ,Ryanair con sus defectos,permite estas cosas y la celebración que queriamos hacer lo merecia.Antes de salir,como la cena aniversario que queriamos celebrarla en un restaurante estrellado,busqué y pregunté y todo me llevaba a dos direcciones:el que yo ya conocia de cuando viví en Italia,Carlo Cracco y este Trussardi alla Scala del joven chef Andrea Berton.Nos decidimos por éste último y creo que erré en mi elección.
Despues de unos Cosmopolitans y un agrdabilísimo Prosecco Bisol,Bigneti del Fol di Valdobbadione en el Il Marchessino nos encaminamos al edificio que la firma itliana de alta costura Trussardi tiene en la planta superior de la tienda en la plaza della Scala de Milán.Se accede a traves de un ascensor desde la boutique ,al llegar ya te esperan dos personas para recogerte los abrigos;nos acompañan hasta la mes,primero una pequeña con vistas a la tienda,discretamente frunzo el ceño,en seguida me cambian a una que esta al lado de la ventana sobre la plaza(no suelo hacerlo,pero lo había solicitado,on request claramente,pero es que había dos libres y eran las 22.00 hora impensable para cenar por estos lares).Sala llena de mesas e varios comensales,mucho asiatico y norteamericano,algún italiano ningún español a excepcion nuestra.
-Nos ofrecen varios Spumanti para tomar una copa,voy a lo seguro y elijo un Franciacorta cuvee Annamaria Clementi 2001 de Ca ´del Bosco,del que pido que dejen la botella,pues me parece que esta óptimo y nos vienen a tomar la comanda;la carta y los menús de degustación estan actualizados en la web;elegimos el menú largo,con los platos de temporada y en seguida viene unos del los múltiples camareros a tentarnos(los italianos para eso se las pintan solos y yo soy fácil de tentar)con una enorme trufa blanca de Alba al módico precio de 8500 eur/kilo.Nos comenta que podemos sustituir uno de los platos del menú por una de las preparciones con trufa,con un pequeño sobrecoste,que acepto de inmediato.Sale el Bacalao negro entra la Polenta con parmesano fundido y trufa de alba.
Nos sirven unos aperitivos totalmente anodinos,propios de cualquier restaurante normal de Madrid o de Barcelona:Preparaciones a base de bacalao ahumado,salmón,vino especiado que recuerda a nuestras tortetas o bolas,esferas de parmesano y varios chips de verduras y mariscos calco colorido de las patatas de gamba de restaurante chino.
Paso a comentar e menú:
*Blinis de arroz con gelatina de crustaceos ,yogurt al aceite de oliva y Caviar Asetra ;buen sabor a mar,al caviar se le supone y el yogur nada de nada.
*Vieira cruda,limón salado,nuez moscada.agua de tomate y esfera de queso ricotta.Un presentación espectacular,la esfera de ricotta envolvia los demas ingredientes,se desinflaba enseguida como el plato en general que solo sabía a limón.El agua de tomate,que en otras preparaciones tan buen escenario resulta aqui aún estropea más un plato ya de por si desastroso en el sabor.
*Conchas de pasta,con mejillones y erizo.Lo que dice el nombre del plato,muy sabroso por la lengua de erizo,pasta cruda(sic),nada más.
-Como,y a pesar de que contaría entre maitres,sumillier,jefes de rango y camareros, más de treinta personas,la espera entre platos era de unos 20 minutos,quizá era problema de la cocina,impensable en cualquier dos estrellas michelín,pedimos Franciacorta Gran cuvee Gran Satin,de Bellavista ,perfecto como no podía ser de otra manera.
*Llega entonces el Pichón asado,con crema de rúcula y compota de tomate;buen sabor del pichón(sin deshuesar),de nuevo los acompañamientos no aportan ni mejoran en nada al plato.
*Para entonces,ya un poco cansado y porqué no decirlo hinchado de spumante que nos rellenaban diligentemente(comentó mi mujer que parecian más interesados en darnos de beber que de comer)y llegó La polenta con parmesano fundido y trufa blanca de Alba;indefectiblemente,a pesar de su presentación espartana,de minima elaboración,el mejor plato de la noche con la trufa blanca,a pesar de no ser el mejor año ,en su momento optimo.
Cansados del viaje,cansados de ver a camareros hablando con clientes,clientes con camareros y camareros con camareros,llega el primer postre:Piña asada,humo(que es lo que estaban vendiendo toda la noche)y helado de romero encerrado todo ello en una transparente esfera de caramelo;siendo la 1.30 de la madrugada,solos en el salón con un mesa más de un ruso y su botella de Ciroc(vivan los tópicos,un ruso con vodka frances)renunciamos ya al último postre ,de nombre poco apetecible para la temperatura -1 º de fuera,Frozen Mojito y ambalemente y para extrañeza del personal,pedimos la cuenta para poder disfrutar, antes de que se extinguiera,de la noche milanesa.(el precio por persona es incluyendo el vino)
Total:Dos menús(135eur) con suplemento de 50 euros por persona por el plato de trufa +la botella de Annamaria Clementi (130 eur) + la botella de Satén(70eur),un total de 570 eur,que por servicio,calidad de platos creo y no es excusa que no debía hacer sentir orgullosos de lo que tenemos por aqui;una lastima porque aún lo exorbitado del vino y del precio de la trufa fué lo mejor de la noche y los ingredientes prometedores(caviar,erizo,pichón...).Pero que un menú de seis platos cueste tres horas y media y 185 euros por persona,pues no.