Cuando por azares del destino acudo a un restaurante lamentable como este (recomendación de un indigena de la zona), no suelo realizar ningún comentario (la publicidad es buena , la buena todavía es mejor), simplemente lo archivo en una recondita parte de mi mente para no volver nunca más, pero en este caso el sitio tiene tantos caracteristicas de lo que es un restaurante horrendo que no puedo por menos...
Decoración agradable con motivos marineros, aqui se acabarón los aspectos positivos, y entramos de lleno en el restuarante horrendo:
-Camarera extranjera, que da un rapapolvo delante de todos los clientes (en arabe), a su hija pequeña que "casulamente" pasa por el comedor.
-Maleducado vendedor de loterias, que recore incansable todas las mesas.
-Música ambiente de la maquina tragaperras.
-Baño que sin llegar a la categoria de repugnante, necesitaria una buena limpieza (Dios me libre de ver la cocina).
-Carta aaaaaaamplisima, tienen marisco, todo tipo de marisco, tienen infinidad de arrozes, y tienen tres menus distintos, cada uno con mas de quince primeros y segundos (osease que en total podrias comer más de cien cosas diferentes).
-Servicio malencarado (parece que te hacen un favor por darte de comer), lento (para lo único que no tuve que esperar fue para que me cobrarar).
Me decido por el menu especial 13,90 (el más caro de los tres , por dos € hubiera sido caro), ya que tiene como opción la cordoniz escabecha (¿algo tipico de toledo??), y pregunto a la camera si el vino es bebestible y me responde sin sonrojo que es muy bueno de castilla la mancha, me trae una copa (pense que era una botella pero bueno), de un brevaje color rojo que lo mismo podria ser vegasicilia que Don simon (ojala hubiera sido Don simon), pues no vi de donde salió, el vino era autenticamente inbebible, ni la gaseaso lo haria beblestible. La comida sinceramente lamentable (en el pisto manchego recorde los huevos del padre, incluso para freir un huevo requeires un minimo de tecnica). Un lugar para olvidar, de esos que hacen bueno a Mc´donals. Lastima que lo mejor de mi experiencia gastronomica en Toledo, fuera el Gin-tonic que tome en la terraza del As de espadas mientras espera el ave (por que no os hare caso)