Deliciosa velada estival

Hay que conducir el coche con cuidado para no pasárselo, por la carretera 503 que une los municipios de Las Rozas y El Escorial en dirección a este último.

A la altura del serrano y taurino pueblo de Galapagar, tras culminar el puerto homónimo, hay que estar pendiente de la gasolinera de Repsol a la derecha. Tras ella un chalet que ubica una empresa de construcción y mantenimiento de piscinas, con vasos enteros colocados en el jardín saludándote y deseándote un buen viaje.

-Cuidado Javi, que nos lo pasamos

Un pequeño solar a modo de aparcamiento y por fin se ve el cartel luminoso que lo anuncia, “Garnacha” Dejamos el coche junto a un muro no muy alto que rodea lo que no parece más que otro jardín de otro chalet de la sierra.

Entramos por un camino de losetas de piedra sobre el verde césped. A nuestra derecha un bonito chalet que en ese momento parece cerrado a cal y canto. Frente a nosotros un precioso y cuidado jardín con árboles frondosos pero del que no puedo dar muchos detalles porque las pequeñas luces de suelo que iluminan nuestro paso no nos dan la suficiente luz para recrearnos en él.

El camino de losetas nos guía hacia la izquierda, hacia otro chalet que se ve iluminado. En el mismo camino nos espera el Jefe de Sala, Sumiller y propietario, que nos da la bienvenida calurosamente y nos permite elegir la mesa que queramos del bonito comedor que han instalado en el jardín frontal, junto a la carretera de la que proveníamos, puesto que éramos los primeros clientes en llegar. Tarea difícil, la elección, porque las mesas coquetamente decoradas y tenuemente iluminadas con velas, competían entre ellas para llamar nuestra atención. Finalmente escogimos una que nos permitía a ambos disfrutar de la vista difuminada del jardín y de la luna llena que nos sonreía desde arriba.

Disfrutamos de unos vermuts, blancos, que en esta ocasión tuvieron que ser de la marca televisiva por excelencia, acompañados de unas terrinas de paté de verduras emparejadas con tostaditas, mientras esperamos la carta de vinos, no sin habernos sonreído ante la sorpresa mostrada y mal disimulada de nuestro anfitrión, al haber solicitado esta carta antes que las de comida que nos dejó en la mesa, cartas que dejamos sin abrir hasta que tomáramos la primera decisión importante de la noche.

Nos costó elegir, la carta de vinos estaba muy correctamente elaborada incluyendo referencias conocidas, clásicas y modernas, y otras desconocidas para nosotros. He de hacer mención aquí que en su introducción hace una defensa encendida de los vinos nacionales más allá de los clásicos que suelen poblar las cartas de vino de la mayoría de restaurantes. Tras unos minutos de deliberación y desistiendo de llevar a cabo labores de investigación esa noche, nos decidimos por una gran dama alicantina, un Santa Rosa Reserva 2004

Pasamos ya a lo menos ardua tarea de elegir los platos que conformarían nuestra cena, de una carta a medio camino entre la creatividad y el apego a la estación y el mercado. Haciéndolo todo al revés para no aburrirnos, ambos nos decidimos en primer lugar por el mismo segundo aunque realmente no había mucho que decidir puesto que era la razón principal por la que habíamos escogido ese restaurante, la necesidad de Javi por calmar el síndrome de abstinencia de Steak Tartar y mi curiosidad por probarlo, pues este restaurantes es reconocido como una cumbre en esta delicada y compleja elaboración. De hecho, al fondo del comedor del jardín donde nos ubicábamos, había una mesa rectangular donde primorosamente reposaban pacientemente los utensilios y aderezantes utilizados para su preparación.

A todo esto nos damos cuenta de que seguimos siendo los únicos habitantes de ese jardín y al comentar nuestra extrañeza por ser agosto, estar en plena Sierra de Guadarrama que triplica su población en los meses estivales y ser La Garnacha uno de los cinco restaurantes de referencia en la zona, nuestro anfitrión nos informa de que hace unos minutos que acaba de comenzar el partido Barça - Madrid. ¡Acabáramos!

Javi busca la página deportiva en el móvil y lo deposita sobre la mesa preguntándome si me importa que le eche un vistazo al marcador de vez en cuando, yo le respondo que no mientras que no se olvide de mí ;-) y en ese momento vuelve a aparecer nuestro anfitrión que habiendo observado sus movimientos le informa de que tiene la radio puesta en el comedor de dentro y que nos mantendrá informados del desarrollo del encuentro.

Estando el flanco deportivo cubierto, nos decidimos por compartir un plato de verduras asadas de temporada y unos huevos fritos trufados sobre patatas pajas. Cuando llegan las verduras a la mesa, nos sorprendemos agradablemente comprobar el tamaño de la ración -muy generosa para los cánones actuales- y su bonita puesta en plato. Las verduras son frescas y cocinadas en su punto, algo para mí esencial puesto que con las verduras exijo el mismo punto de cocción que con cualquier otro alimento, como carne o pescado, pero que muchas veces es ignorado y sobrepasado.

Nuestro guía de la velada se acerca a la mesa con dos cucharaditas en sendas manos para que probáramos el punto del Steak, ambos coincidimos que estaba perfecto: habiendo solicitado puntos de especiado diferente, los había captado y recogido óptimamente.

Los huevos trufados aparecen servidos en dos platos diferentes, con una más que generosa ración de patatas por debajo. Viendo el tamaño de las raciones no puedo por menos que solicitar la atención de la amable camarera que nos atiende con exclusividad para preguntarle si no se habrán equivocado y nos habrán servido dos raciones en vez de una, a lo que ella responde sonriente que no, que la ración de huevos trufados es así.

Yo no había tomado nunca este plato y quedé totalmente seducida por el delicado aroma de la trufa y él maravilloso realce que proporcionaba al sabor de unos huevos fresquísimos y plenos de sabor, que ya por sí solos hubieran supuesto un manjar de gourmet.

Me empiezo a preocupar ¡estoy llena! ¿Y ahora dónde voy a meter el Steak Tartar?

Mientras estamos en esas consideraciones comentamos lo delicioso que es este Santa Rosa, cuánta elegancia frutal, cuanta profundidad corpórea, cuanta chispa de especia, y todo maravillosamente ensamblado, sin que nada destaque, siendo todo ello protagonista. No tenemos documento gráfico de la botella puesto que en ningún momento llegamos a tocarla, la solícita y rápida camarera estuvo en todo momento al quite y no hubo instante en que sintiéramos la necesidad de pedir que nos la sirviera o la dejara en la mesa.

Vienen los Steak Tartar y tal y como temía, en generosa ración y acompañados de panecillos tostados. El mío raya la perfección absoluta ¡increíble, deliciosa y sorprendente explosión de sabores! Lo había pedido picante y allí estaba el ardor, pero también la extrema delicadeza de la carne, el amargor de la mostaza… Miro a mi pareja y me sonríe, el suyo también estaba perfecto, tal y como él lo había pedido.

Cedí ante la gula puesto que realmente ya no me cabía nada más en el estómago y consigo dar cuenta de la mitad mientras Javi sí es capaz de terminar el suyo aunque también me reconoce que con alguna dificultad.

Nuestro guarda se acerca preocupado al ver que coloco mis cubiertos en posición de retirar el servicio

-¿No ha estado a su gusto?

-Ha estado perfecto, créame. Simplemente no esperábamos unas raciones tan generosas, la próxima vez tan sólo pediremos un entrante.

-¿Seguro que es sólo eso?

-Seguro- respondo sonriente mientras le solicito la carta de postres, una, que irá a parar a manos de Javi puesto que yo ya no consigo que el estómago me dé más de sí.

Otro apunte a destacar y a anotar por los golosos. La carta de postres de La Garnacha es extensa para lo que suele ser habitual, unos diez o doce platos. Todos son originales, producto de una cuidada creatividad y, además, van acompañados de una sugerencia de maridaje: atención golosos y enochalados ¡tenéis que verla!

Finalmente, Javi se decide por una delicada y cremosa milhoja de diferentes tonalidades de chocolate que se presenta coqueta y condenadamente atractiva. Yo le acompaño con un café cortado, de excelente aroma y sabor. Javi me sigue con un solo y nuestro anfitrión nos ofrece licores varios. Vuelve con una frasquita de pacharán y otra de orujo de hierbas que deposita en la mesa para nuestro libre consumo.

Fue una velada de auténtico lujo, como si hubieran cerrado el restaurante para nosotros. La climatología perfecta, el entorno embaucador, la carta y el servicio del vino excelentes, la comida sincera, honesta y expertamente elaborada y presentada. Todo, justifica con creces una factura de 55€ por persona.

Pero para los que puedan pensar que la experiencia fue así de gratificante porque estábamos solos les contaré que no era la primera vez que acudía a ese restaurante -aunque no a comer Steak Tartar- y que el trato y el servicio siempre han sido soberbios, aunque, obviamente, adaptado a un mayor número de clientes.

Y para quien se quedara con la duda, Javi fue informado puntualmente de todos los goles que se marcaron en la velada, y Barça y Real Madrid quedaron empatados ;-)

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Francescf

    ¿Fuisteis en agosto o el 05/11/11?

  2. #2

    Mara Funes

    en respuesta a Francescf
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    No rellené el campo de la fecha de visita y por defecto me puso la del día que subí la crónica. La fecha de la visita creo recordar que fue el 16 de agosto.

    Gracias por observarlo y notificarmelo.

  3. #3

    Francescf

    en respuesta a Mara Funes
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    Como curiosidad, te comento que mi mujer y yo nos casamos el día de un Barça-Madrid. A las 19 h. no quedaba ni un invitado, ni un camarero, ni el DJ,.... :-D

  4. #4

    Jeronimo

    Yo también estaba alucinando con lo de "velada estival", en Girona están cayendo chuzos de punta.
    Una abrazo.

  5. #5

    JaviValencia

    Una experiencia deliciosamente maravillosa. Debemos esperar unos meses para volver pero hay que repetirlo. La comida, servicio del vino, entorno y atención al cliente fueron excepcionales.

    Besitos ;-)

  6. #6

    JaviValencia

    en respuesta a Francescf
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    Encima que os dejan intimidad y sobretodo canapés por doquier vas y te quejas!!! :D

  7. #7

    JaviValencia

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    Y quien te manda a tí vivir en aquellas tierras. Con lo bien que estarías un poco mas al sur. Siempre quejándose este buen hombre ;-)

  8. #8

    Francescf

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    Lo cierto es que dejaron el recinto limpio del todo... Hasta los manteles recogieron ;-P

  9. #9

    Jeronimo

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    Hombre que tampoco vivo en el circulo polar ártico :-)

  10. #10

    Mara Funes

    en respuesta a Francescf
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    Pues vaya ejemplo de mal servicio ¿os hicieron algún descuento? Aún así...

  11. #11

    Mara Funes

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    Si es que tengo que adquirir más práctica en esta sección :-(
    En Madrid también nos han caído unos cuantos de esos chuzos que dices...
    Un abrazo,

  12. #12

    Francescf

    en respuesta a Mara Funes
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    Jajajajaja... ¿Descuento? Tardé casi 10 años en volver, y fue para que mis hijos vieran dónde se había celebrado el banquete. Afortunadamente, habían cesado al encargado hacía unos años y, mira tú por donde, acabamos celebrando la comunión de mi hija :-)

  13. #13

    Mara Funes

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Pero que no se nos pase el invierno porque el comedor de dentro, con las paredes de piedra y el mobiliario rústico invita a refugiarse del frío.

    ¿Sabe tan rico un steak tartar en invierno?

    Muchos besitos

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