Local poco acogedor porque es el mismo que se utiliza para desayunar en el hotel. mesas sin vestir. Malas copas. Aceptable cambio de cubiertos y servicios. No hay mantel sino un camino de mesa atravesado. Pocas mesas ocupadas y casi todas de clientes alojados y con cena a menú fijo.
Varios menús para elegir. Optamos por el gastronómico (el mejor) que incluye bebida, pan, un entrante, un principal y postre. El vino fué Ombra Barrica 2010 ya que no pudo ser Mas Donis, un tinto de garnacha blanca que se había acabado (pero figuraba entre las opciones) de una carta de vinos corta (no puede ser de otra forma) y muy localista (lo cual no es incorrecto). Aperitivo cumplidor por cortesía de la casa unos nachos y colines con unas gotas de miel y paté de aceituna negra.

De entrantes posibles: ensalada de salmon, crema de calabaza, carpaccio de pies de cerdo con salteado de setas, salteado de habitas, langostino y crujiente de panceta, raviolis de foie, crep de esparragos y gambas; parrillada de verduras. Optamos por los pies de cerdo: muy sabroso y conjuntado el plato; también las habitas que estaban muy sabrosas con abundante panceta y un langostino.
De principal había: pollo de corral en salsa, costillas de cordero a la mel, lenguado plancha, taquitos de atun y cebolla caramelizada con tomate y queso de cabra, lubina rellena de setas y berenjena con aceite de cebollino. Optamos por los dos últimos, si bien el atun tenía mejor apariencia resultó muy seco; por contra la lubina con buena presentación enojada cual tournedó resultó muy jugosa y bien de sabor.
La opción de arroz o fideuá la dejamos.
Postre a elegir: tocinillo de cielo con sorbete de cítricos muy correcto y bien contrastado el dulzor de uno y la acidez del sorbete; ensalada de fruta de temporada correcta. Se quedaron fuera de elección: tulipa con helado de queso y salsa de frutas del bosque, bombones de músico con chupito de moscatel, crema de maracuyá y yogurt con granizado de melon, trata de manzana con virutas de chocolate blanco y crujiente de caramelo, copa de helado de la casa con diferentes sorbetes a elegir.

Creo que un restaurante que tiene muchas opciones de entrantes y de postres merece la pena destacarse porque es donde se exige más el propio cocinero. El resultado me ha parecido más aparente que efectivo pero suficiente pensando que es cocina de un hotel con las limitaciones que conlleva (precio de media pensión...).