Hace ya tiempo que decidió cerrar y pasar el testigo a los hijos que han abierto al principo del paseo de la Alameda dos locales contiguos
De nuevo visita a este local que acabó lleno dejando solo las mesas de la terraza (hacia frio) y el reservado ("el trenecito").
Características del local ya descritas. Camareros nuevos diligente y correcto. Parece que la apertura del Alameda nº 1 no permite estar en todos a la vez, al menos en fin de semana. Resto de comensales muy de familias en comida de domingo.
Eramos tres parejas y de entrada 3 cervezas y un martini sin nada de picar mas que las raciones de pan (nada especial) cobradas a 1.40.
Al centro una ensalada amplia, variada y con buenas verduras; calamar plancha no muy grande, tierno y bien de plancha sin secarse; gambas y verduras rebozadas bien de sabor pero deslavazado; fritura de pescaditos en buena ración y correctos salvo unos boquerones tiesos.
Plato principal, lo que aquí merece la pena: arrocito. De vieras, gambitas y ajos tiernos y setas en ración ajustada, bien de sabor pero algo seco por arriba (¿se pasó por el horno?) con menos tropezones que otras veces.
De postre 3 de fruta natural variada y buena (piña, melon, cerezas, uvas, fresas..) y un a ración de tocino de cielo para catar, buena de sabor y dulzor pero con un comer un poco granulado.
Para beber aparte de agua, un blanco Naia (15€) con un verdeo (y algo más) y un Pruno 2010 (16€) el famoso de Parker, que ya va quedando pocos en la restauración. Bien de temperatura y un servicio de catar y a la mesa, con cambio de copas.
Cafes x 6 más infusión con anís. Sin chupitos de cortesía ni repetir cafe....
Buena sensación de arroz pero parece que al haber más gente empeoró el resultado del recuerdo anterior
No comento nada sobre el local, el anterior comentario lo describe muy bien. Eramos en el local 6 mesas.
Comida para dos:
-Sepia a la plancha.
-Ensalada de tomate, esgarraet y mojama.
-4 cervezas y agua
-Arroz seco con col y bacalao.
-Castaña helada y cafes.
Indicar que toda la comida muy buena, en especial el arroz. Un servicio muy atento. Muy buena RCP. Para volver sin duda.
Restaurante de más de 100 años en su origen que tiene una barra y mesa para tapas a la entrada, una zona de terraza que debe ser agradable por la noche y al fondo el comedor de decoración rústica y paredes blancas, amplio, mesas separadas, buena mantelería con cubiertos y copas correctas. Eramos 1 mesa en la terraza y nosotros 4 en la única mesa del comedor con aire acondicionado. La sensación del local es de agradable y familiar
Muy amable y profesional el servicio, buen cambio de cubiertos y platos. No vi carta de comidas porque fuimos a por un arroz y entrantes del día. Carta de vinos corta con pocas denominaciones de origen no muy cargadas de sobrecoste y aceptable gama de precios para elegir hasta gama media, sin gama alta (poca salida probable). Servicio de vino muy bien recomendado, descorche y probar más el enfriador fue el total del servicio.
Cortesia de la casa plato con aceitunas y almendras correctas y en buena ración. Entrantes al centro: 4 anchoas tamaño bueno y calidad correcta con algo de tomate en la base: bien aunque escaso. Ensalada en amplia ración de buen tomate valenciano pelado, con aceitunas y mojama correcta: bien. Fritura de pescado: boquerones normales, salientes extraordinarios, palayas muy sabrosas y bacaladitos correctos en amplia ración: muy correcta fritura y rebozado: buen plato.
Al centro para compartir paella para 4 de vieras, gambitas, ajos tiernos y setas: extraordinaria de sabor, arroz en su punto con algo irregular en el reparto del color y tropezones, ración correcta sin pasarse, pero que hacía tiempo que no me enamoraba ninguna paella. Extraordinaria.
Postre dos de fruta en buena ración aunque poco original para el tiempo de fruta em que estamos y un tocino de cielo bueno y bien presentado.
Para beber ademas de 3 cervezas de botellín y una de agua (básica), empezamos por una buena recomendación con un blanco de uva godello de Monterrei: Torques do Rei que merece mucho la pena. Nos quedamos cortos porque estaba muy rico y a buena temperatura y quisimos seguir con blanco y nos fuimos a un verdejo Morcen 2011 que se quedó muy corto para el anterior vino y el sabor del arroz, quizás un cava como Pago de Tharsys hubiera hecho mejores honores.
5 cafes buenos, un chupito de orujo de hierbas y una copa justita de un Jorge Ordoñez nº 2 Victoria recién descorchado, muy muy rico (dejó botella para repetir).
Lástima de poca gente en lo que influye una zona alejada. Parece que los fines de semana la cosa cambia con las comidas familiares especialmente en arroces. No abre por las noches ya que tienen Bocado en alameda nº 1 para tapas y vinos por copas con más afluencia
Sensación al salir: buen sitio para una comida correcta familiar y un extraordinario arroz.
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