Destellos

Comida navideña improvisada en "El Secreto del Amor". Sin reserva, una hora larga en la mesa esperando a que nos tomaran nota. Cocina desbordada. Pero, a la hora de la verdad, la espera mereció la pena. Varios menús disponibles, del día, gastro, ejecutivo, carta... Multitud de platos. Mi hermana optó por el Menú del día, ensalada, albóndigas y tarta de queso, 14 Euros. Salvo la tarta, que no daba la talla, el resto bien. El resto de la familia optamos por varios platos de la carta. Crujiente de Oreja, salteado con un puré de patata con pimentón muy sabroso, Mejillones para mi mujer, excelentes, solomillo para la peque, totalmente logrado, prácticamente con un sabor como el que recordábamos del Martín Berasategui y a un tercio del precio que pagamos allí. Merluza para la jefa, nuestra madre, y para el que escribe. Casi mejor la de mi madre, simplemente a la brasa que la mía, acompañada de sepia y cebolla caramelizada.

Agua y un Ribera del Duero, Aromas de Castilla, vino joven muy correcto y a un precio muy asequible.

Un lugar a tener en cuenta, para repetir con más calma y reservando con antelación. A mi juicio, necesita cierta reorganización de la sala interior, los muebles son un tanto dispares. Nos tocó una mesa con bancos corridos bastante incómodos, con reposabrazos extremos que impedían el libre acceso y obligaban a que todos los ocupantes se levantaran para que uno saliese o entrase. Comedor exterior cubierto por una cristalera muy atractivo. Entrada y barra muy acogedoras y diseñadas con mimo. Servicio mixto, nacional e importado. Con fallos pero con voluntad de servicio.