Para la última noche de nuestra estancia en Lanzarote, decidimos ir a cenar al restaurante Altamar, ubicado en el piso 17, última planta, del hotel AGH & SPA de Arrecife, en el que nos hospedábamos, y abierto al público en general, donde habíamos reservado mesa a las 20h30. Se trata del único rascacielos existente en toda la isla de Lanzarote  y tanto desde las habitaciones de los pisos superiores, como desde el restaurante las vistas panorámicas de la bahía, la playa del Reducto, los Ajaches e incluso de Fuerteventura, en días claros, son espectaculares.

El restaurante, de diseño, es elegante, y el comedor está rodeado de vidrieras muro-cortina a 360°. Las mesas son grandes y están bien vestidas, bien separadas las unas de las otras, al menos en la sala en que nos ubicaron, con confortables sillones. Buena vajilla y cubertería, copas correctas que pueden mejorarse( por este motivo le daré únicamente un 7 al servicio del vino). El servicio de sala es bueno, y el servicio del vino también. Presentación de la botella, descorche, primera cata y servicio durante toda la cena. La carta de vinos no me pareció muy amplia, unas 50 referencias, entre vinos, champagnes y cavas, y 5 o 6 vinos blancos de la isla.

Al frente de los fogones está el joven Chef Francisco Galdón, que antes de hacerse cargo de la cocina del Altamar en el 2017, paso por las cocinas como chef en el Gloria Palace Royal Hotel & SPA 5* de Arguineguin (2013), Hotel Botánico The Oriental Spa Graden 5* en Puerto de la Cruz (del 2013 al 2015),  XQ El Palacete en Morro Jable como asesor gastronómico (2016). Su cocina la podríamos definir como canaria puesta al día, de mercado, a base de productos locales.

La carta es muy corta y como no conocíamos la cocina decidimos tomar el menú degustación.

Antes, como solo estábamos alojados dos pisos mas abajo.... y en lugar de carretera... habia ascensor, nos tomamos junto con el buen aperitivo sólido ofrecido por el restaurante : Chupa-chups de queso curado de cabra con tomate, unos buenos Martini bianco y  Jack Daniels con hielo.

Siguió, como en todos los restaurantes lanzaroteños, una degustación de sales, AOVE, tomate y mantequilla con aroma de trufa.  

El menú compuesto de 5 platos y postre, fue el siguiente :

Tartar de atun rojo, marinado con mermelada de tomate y trufa con espuma de craterellus y pan pistacho.  Un bocado bien elaborado. Bueno

Sopa Laos al aroma de lima kafir y galangal con pollo de corral mechado con shiitake y caviar de fresa. Plato de influencias orientales, bien logrado. Bueno

Dados de salmón en osmosis de malvasia con emulsión de yuzu y plancton marino con gelatina umami. Cocina de fusión, también bien elaborada. Bueno

Gin tonic bajo cero grados. Lo que llamamos en Francia un "Trou normand" (a base de calvados), en este caso de GT, pero cuya finalidad es la misma, facilitar la digestión y abrir el apetito para el próximo plato. Bueno

Solomillo de cebón 54°, con salsa verde terrosa, vinagreta hidromiel y cubos de foie fresco al grill. Bien cocinado en su punto, poco hecho. Bueno

El pan que acompañó la parte salada fue bueno

y como postre

Esfera abstracta ,  Esfera de chocolate blanco pintada, rellena de mousse de avellanas con bizcocho de yuzu y caviar de lima limón y frutos del bosque. Bueno.

Todo el menú nos gustó, ningún plato nos pareció excepcional, pero todos estuvieron bien presentados y elaborados, lo que hace que la primera aproximación a la cocina de Francisco Galdón sea buena.

Para beber tomamos nuevamente un vino blanco Bermejo Malvasia Volcanica fermentada en barrica 2017 DO Lanzarote. Bodegas Los Bermejos (La Geria) Cepages 100% Malvasia volcánica. Nota de la bodega : su fermentación se desarrolla en barricas de roble francés donde se mantiene con sus lías en suspensión durante un periodo de tiempo determinado por cata. Es un vino de mayor durabilidad que se va redondeando y completando en su botella. Vino mineral, con volumen, elegante, potente con un final muy largo y persistente en boca. Nos gustó mucho.

Finalizamos con dos buenos cafés, ofrecidos por el restaurante.

La cuenta ascendió a 66,75 €/ persona (aperitivos incluidos). Buena RCP.  Buena cocina, difícil de juzgar en una sola visita, pero que puede ser interesante. Hay muchas incógnitas, seria necesario saber cada cuanto cambia la carta y el menú, si  hay sugerencias del día... si ...si... etc.  Únicamente por las vistas, si reserváis una mesa junto a los ventanales, ya vale la pena ofrecerse una comida (mejor para las vistas) o una cena. No se si volveré, será en función de las circunstancias.