Sencillo y agradable

Pequeño local con decoración minimalista en la zona alta de Barcelona. Nada más entrar, una pequeña barra y enseguida la pequeña cocina vista que hay que dejar atrás para, por un estrecho pasillo, llegar hasta el comedor. Pocas y bastante juntas mesas de tamaño correcto vestidas más que con unos manteles individuales de bambú de Ikea que ya he visto en algún otro restaurante. Sillas cómodas. Menaje correcto. Servilletas de tela de tamaño justo. Sólo dos personas dando servicio: el cocinero y propietario, Patrick, y un camarero. Ambos simpáticos y eficientes. Cambiante carta corta de platos con predominio absoluto de los productos de mercado, con especial atención al pescado. Carta de vinos corta: un folio con los tintos por una cara y los 5 blancos, el rosado y los 4 ó 5 espumosos por la otra, con vinos de precio muy moderado. Los blancos, entre 11 y 15 euros. El que hemos tomado, a un precio más que x2. Servicio de descorche, prueba y primer llenado. A pesar de lo reducido del local, dispone de un pequeño armario para el vino. Me han comentado que cambiarán la carta de vinos en breve, por lo que no comentaré las referencias que tienen actualmente.

Almuerzo para 4:

Entrantes:
- Pizzeta margarita con frutos del mar - Masa blanduzca con calamares rellenos y mejillones de lata. Bien la ensalada (rúcula, escarola y col lombarda si no recuerdo mal) y bien aderezada. El único plato que no ha gustado.
- Coca de verduras con sobrasada - Agradable punto de sobrasada con la misma ensalada que el plato anterior. Bueno
- Ensalada de queso de cabra - Bien.

Platos principales:
- Corvina con patatas, espárragos y pimientos - Pedazo de pescado proveniente de un ejemplar de 15 Kg. Guarnición simple para un excelente pescado.
- Raya con alcachofas y cebollino - Otra sencilla receta que resalta la materia prima.
- Magret de pato con naranja - Más de lo mismo: buen género cocinado sin florituras.
- Entrecot de ternera hembra con patatas - Como se lo han preparado adhoc para mi hijo, tan solo diré que la carne estaba tierna y sabrosa.

Postres:
- Zumo de fresa y naranja con sorbete de fresa - Ligero, sabroso y refrescante.
- Coco y mango - Nata con coco y sorbete de mango, presentados de manera que recordaba a un huevo frito. A mi hijo le ha encantado la presentación y se ha comido sin chistar todo... No doy crédito :-D
- Torrija con helado de vainilla - Espectacular, con su toque de canela...

Correcta presentación de los platos y cantidades generosas. Han gustado más los segundos que los primeros. Postres caseros deliciosos. Me ha recordado un poco a la comida de casa en fiestas: buen producto y algo diferente a lo cotidiano, pero sin florituras inútiles.

Un detalle que me ha gustado: no han cobrado el pan... y eso que es del Forn de la Trinitat.

Para beber, 3 aguas de 1/2 l. (1,80€/ud.), una botella de Lignum blanco 2010 (14,-€) y un buen cortado más bien corto (1,50€).

En total, 118,80€, que se han quedado en 79,64€ con el descuento conseguido a través de verema. Incluso sin el descuento, una muy buena opción. El precio corresponde a lo que he comido yo.

También disponen de un menú a mediodía de lunes a viernes por 12,90€ y el del sábado no llega a los 15,-€.

No apto para pijos, amantes de la cocina tecno-emocional y fauna pretenciosa de todo tipo. Es un buen local sencillo para buena gente sencilla, sobre todo si te gusta el pescado.

Le deseo lo mejor a este local. Volveremos...