Merece la pena ya solamente por su decoración. Original y cuidadísima. Cada recoveco tiene un detallito.
Os dejo la foto y la valoración de sus bravas en http://www.bravasbcn.com

PATATAS: Ínclitos cortes de patata confitada, y frita justo antes de servir. Tubérculos de pedigrí que, pese a que no crujen, las papilas saben agradecer.

SALSA: Pintadas (a pinceladas, me dijo el chef) con una mezcla secreta de especias que impregna la superficie. Cayena, pimentón, aceite... les confieren un toque choricero soberbio. Por si fuera poco, se acompañan de un pegote amarillento de all-i-oli que, aunque asusta al principio, cuando bautiza a sus compañeras, enriquece la composición. Suntuosas.

VALORACIÓN: El escultor que regenta el establecimiento ha decorado con mimo todos los rincones y cuidado especialmente la iluminación. Música suave (sobretodo jazz) culmina un aderezo definitivo para una velada de escándalo. Al Top 15, por supuesto.