Despues de un agradable paseo por la Barceloneta y sin reservas ya que no sabiamos a priori por donde estariamos a la hora de comer, decidimos sentarnos en la terraza (sobre la arena) de este agradable local. Estuvimos a pleno sol porque el dia asi lo pedia.
Rapidamente nos trajeron cartas con diversos platos mas o menos “marineros” e incluso otra carta con tres tipos de menu desde los 14€ a los 25€. Aparte , una carta de vinos corta pero variada donde no pude resistirme a una botella de Las Moradas de San Martin a 19 €.

Para beber se tomaron tambien varias cervezas y agua.

El camarero que nos atendio de principio a fin resulto ser un simpatico argentino que estuvo pendiente de todo con buenos consejos sobre raciones y cantidades. Esta fue la primera sorpresa ya que no esperaba un servicio tan profesional en un local que parece de turisteo sin conceder atencion especial al cliente que por lo general esta de paso.

En cuanto a la comida, como digo bien aconsejados, pedimos:
- Pulpo frito: lo mas flojo. Eran rodajas de pulpo rebozado algo aceitosas que no nos gustaron
- Gambitas crujientes: Gambas enteras rebozadas y en fitura. Buenisimas
- Patatas Bravas. Buenas laas patatas aunque la salsa era mas bien un tipo ali oli de color crema.
- Mejillones al vapor. Abundante racion de mejillon pequeñito y muy jugoso, Muy bueno

A continuacion pedimos arroces:
- Arroz caldoso de sepia, gambas y calamar: Riquisimo
- Arroz negro. Tambien bastante bueno aunque no a la altura del anterior.
Finalizamos con cafes y nos invitaron a diversos chupitos con gran amabilidad ya que les pedi , digamos que fuera de su propuesta, un Jaggermeister, a lo que accedieron.

Salimos a 28€ por persona
En resumen un grato descubrimiento que puede recomendarse a quien no persigue nada sofistiado pero si una agradable comida a pie de mar.