Prescindible

Cena con seis amigos. Menú cerrado y un total y absoluto desastre. Una hora larga para ser atendidos y empezar a comer. La comida de un nivel ínfimo, croquetas de carabineros que llegan medio congeladas y con una especie de engrudo por bechamel. El resto de entrantes en la misma tónica, con un rissotto prescindible y unas verduras, de nuevo frías, al vapor. Los segundos mal, una merluza seca y un magret duro. Los postres, nos dicen que se comparten cada dos, algo que no era lo acordado, aunque lo ofrecido, con un nombre que ocupaba en la carta de casi dos líneas, no era más que unas vulgares fresas con nata de spray.
Todo ello en cantidades ínfimas.
Sinceramente de lo peor que he visitado.

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