Siento discrepar con la mayoría de los comentarios anteriores, pero nuestra experiencia no fue tan grata.
El local está algo apartado del centro de Sevilla, pero la Plaza de San Lorenzo tiene un encanto especial. Local de decoración neoclásica algo "densa", tal vez por el color granate de las paredes, los apliques dorados o los frescos de estilo griego pintados en ella.
Nada más sentarnos se nos ofrece un menú largo que es el que nos aconsejan si no hemos estado nunca, así que sin hacer preguntas optamos por él. Para beber solemos pedir cava, sobre todo si no sabemos lo que vamos a comer. Los espumosos son escasos en esta carta, tres para ser exactos, y dos de ellos no los tenían, nos ofrecen el que tenían y aceptamos. Coperío de calidad y servicio correcto.
La cocina es moderna, de mercado y con raíces. A destacar el ajoblanco con helado de melón, el foie aceptable sin más y unos fideos de pescado con langostino y huevo poché de ensueño, excelente este último plato, original, bien presentado y matizados cada uno de los sabores. Para olvidar fue el arroz con caza y setas, pasadísimo de cocción y con un fondo pobre, el rabo de toro que, no sé si será típico de la zona, pero jamás lo había visto rebozado con huevo. Algo decepcionante la degustación de quesos, traídos en un carrito de lo más llamativo y que consistió en un parmesano y un provolone... Toda la vajilla preciosa.
Al final de la corrida 65€ por cabeza (el vino 30€). Me parece que la RCP es bastante baja para lo que se aquí se ofrece.

Uno de los mejores restaurantes en Sevilla. Calidad precio insuperable. Buen pan y mejor servicio. El chico de la sala era atento, listo y rápido.

Excelente sitio para una comida en pareja. Decoración muy agradable y buen trato. La comida bastante buena, sorprendente, ideal para probar "algo distinto". Para cenar, recomiendo el menú gastronómico. Merece la pena. Con las bebidas y los extras sale en unos 45 euros por persona pero terminas plenamente satisfecho.
Sorprendente los diferentes tipos de pan que te sirven nada mas llegar, y con respecto a la comida me pareció extraordinaria la tapa de bolsita rellena de queso y gambas en jugo de asado. Estupendas también las láminas de foie. El ajoblanco con helado de melón y mojama nos gustó bastante, una combinación muy buena. De carne nos pusieron venao con cuscús y me pareció bastante bueno. Lo del carro con quesos, un disfrute para la vista y para el paladar. Al final de la comida vienen con otro carrito (y ya van tres) con todo tipo de licores...eso sí, luego te los cobran (no es mucho, 2,50 EUR, pero creo que si pagas un buen dinero por todo, sería un buen detalle que te invitaran a la copa, eso no me gustó)...Por lo demás, extraordinario, el cocinero Antonio Conejero salió en varias ocasiones a hablar con nosotros, aconsejándonos e intresandose por nuestra velada. Un tipo simpático y...que además no guisa nada mal!!!. Volveremos.

El primer restaurante que visito de Sevilla... y una grata sorpresa! nos trataron de maravilla en un local muy acojedor y con poca luz. Pedimos un menú degustación compuesto de 8 platos, con varios snacks, 1 coctel de bienvenida, 1 detalles de la casa, 7 tipos de pan, carro de quesos y 5 petit fours, todo por el increible precio de 40€ por persona!!!, sin contar bebidas. Cristalería bastante mejorable y carta de vinos algo escasa pero bien seleccionada. Como aspectos negativos... el postre fue bastante decepcionante, un batido de helado de platano, igual que el que hacen en las heladerías del pueblo. Y quizás se notó algo de escasez calidad en algunos productos. Pero vamos por el precio que nos costó y la cantidad de platos que degustamos... es un restaurante imprescindible de visitar. Volveré sin duda.

Estuvimos en una comida de 14 personas. Nos ofrecieron unos aperitivos de zarahorias con cominos, laminas de foie con aceite de cebollino y bolsillas rellanas de queso y gambas. De entrada nos ofrecieron un tartar de tomate con ajo blanco y salteado de langostino, un platito de langostinos con huevos esclafados y fideos y para terminar un solomillo de buey con queso de cabra, postres y cafe y surtido de pastas. Vino, cervezas, y copa todo por 42 euros. Nos parecio un menu muy completo y muy bien servido. Dentro de lo que es Sevilla podemos calificarlo de notable. Intentando una aproximaxion entre cocina moderna y tradicional. El servicio fue estupendo y la cocina no nos defraudo para nada. Creo que es un restaurante a seguir. Muy recomendable.

Ambiente burgués no recargado. Muy buenos ajoblanco con gambas y sorbete de mango, foie finamente laminado y salmonete sobre lecho de puré de guisantes; defectuosa por saturada de sabores la sinfonía de setas. Menús-degustación a 22 y 40 E. Bien interesantes la entrada y el remate (incluidos en el cubierto): gin-tonic gelée y sorbete de mandarina. Precio medio (dos platos y postre, sin vino): 25/30 E. Servicio amable.
Carta de vinos corta con referencias interesantes a buen precio: B&L 2001 (23 E) Chivite Chardonnay 1999 (33) Baron de Chirel (40) E. Moro Cza. (17) Villacreces (22) Taittinger (36). Copas muy vulgares, no ofrecen decantar. Tampoco indican añadas en la carta de vinos, mal presentada.
Mi puntuación por el vino habría sido 2.5. Aun así, me parece recomendable en el contexto de la restauración sevillana: buena cocina, precios contenidos y defectos en materia de vinos que puede compensarlos un aficionado con relativamente poco esfuerzo.