Siendo asiduo visitante a este conocido restaurante de Benicásim, recibimos la noticia del cambio de propietario el pasado invierno. Parece ser que la idea era continuar con la línea anterior, mejorando pequeños detalles como los aseos, y dándole un lavado de cara a la sala.
En mi segunda visita a la casa constaté que dicho establecimiento se había masificado, con una terraza que llega a albergar mas de 120 comensales. La calidad de la cocina se ha visto afectada directamente y sobre todo el servicio, en el que los camareros, ataviados con pinganillo en la oreja, deambulan por las mesas sin mucho orden. A la nuestra nos trajeron platos que nos nos correspondían y no nos trajeron los que sí habíamos pedido.
La ración de huevos rotos con jamón para 6, se convirtió en una de dos y otra de 4. El problema es que el servicio entre una y otra se demoró en veinte minutos.
Conseguir pan fue una odisea. La otrora muy recomendable sepia sucia ha sufrido un proceso de lavado, y su aspecto "sucio" viene ahora dado por el vinagre de Módena.
Los montaditos de buey siguen siendo muy buenos, ahora bien, no comprendo como estos tienen un precio de 4,90 euros y el que pedimos que el pan no llevara tomate, subió a 6,25 euros (por hacerlo sin tomate???)
El vino, correcto en su servicio y temperatura. Solicitamos el Finca Resalso de Emilio Moro y nunca defrauda.(A 16 euros)
Resumiendo, el aumento de la capacidad ha restado calidad en la cocina y el caos en el servicio.