Se trata de un restaurante que dispone de una terraza cubierta y de un interior mejor dispuesto. Ocupa una lonja grande en un complejo de apartamentos de San Eugenio Alto, y en general está bien, con buena vista al mar y La Gomera y apenas tráfico, pero la presencia de rejas, que debieran quitar al abrir, le resta al conjunto. Podría ser más acogedor.

Pedimos un menú degustación que consistió en seis platos acompañados cada uno de ellos de una copa de vino de distinto origen.

Plato 1: Gazpacho & Hojaldre de queso de cabra caliente. Vino: Chardonay Francés.

Plato 2: Raviolis de Bogavante en salsa de nata y azafrán. Vino: Un rosado de Provenza.

Plato 3: Rodaballo en salsa con tartaleta de zanahoria. Vino Rueda Verdejo María de Molina.

Soufflé de manzana.

Plato 4: Foie con manzanas asadas y reducción de Sauternes. Vino tinto de Burdeos.

Plato 5: Chuletitas de cordero deshuesadas con salsa de frutas del bosque. Vino Viña Alcorta Crianza.

Café.

Los vinos pretendían acompañar a cada uno de los platos, pero en general, salvo el Rueda todos me parecieron de calidad muy estándar. Además, se sirvieron excesivamente calientes. La comida estuvo bien, y el hecho de variar tanto tuvo como siempre su gracia especial.