Decepcionante

Habíamos estado previamete un día en el que éramos los únicos comensales y el servicio fue atento, las materias primas buenas y en general, todo correcto.

Pero hoy hemos ido y, con un par de mesas grandes y otro par de mesas de 4 personas, la camarera estaba saturada;El entrante, un provolone a la plancha, estaba directamente vuelta y vuelta, es decir, sin estar a la plancha, duro, como el queso normal. Los segundos platos salían para comer de uno en uno, les faltaban materias primas (cosa de la que te enterabas después de haber pedido) y, para colmo, después de elegir como sustituto un plato de los más caros de la carta (un solomillo), nos lo sirvieron a la hora de pedir...¡con media ración escasa! (2 trozos, uno de ellos más pequeño), con el acompañamiento literalmente crudo (unos champiñones, como directos de la bandeja del supermercado, ni a la plancha ni nada,con algo de pimiento, con un aliño de salsa de mostaza). El cocinero vino, se disculpó por tener solo media ración de solomillo y comentó que nos cobraría la mitad del plato, lo que, obviamente, era justo, pero no me satisfizo en absoluto (podrían haber avisado antes de cocinar el plato; era tan sumamente escaso que apenas podía considerarse media ración)

Los postres, ya los conocíamos de la anterior vez; escasos en variedad, pero caseros y ricos. No tomamos nada más. Al pagar, no se podía pagar con tarjeta (tenían estropeado el datáfono).

En resumen, un sitio fácilmente olvidable.