Solo lo probamos de tapas, no nos hemos sentado en sus mesas pero si en su barra. Pésimo. Un joven camarero que iba de guay y que no hacía más que resoplar como si tuviera mucho trabajo (había solo unos 6 grupitos en la barra) se permitía el lujo de ser selectivo con las tapas, solo servirlas a algunas personas. Nuestra comanda no llegó y después de estar esperando 30 minutos por nuestras raciones nos fuimos de allí sin que, ni las sirvieran, ni hiceran mención a ellas. Quizá sea un buen restaurante, pero el servicio se lo va a cargar.
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