Restaurante Gato Negro en Santiago de Compostela
Restaurante Gato Negro
País:
España
Provincia:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
21 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.0
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
6.0
RCP CALIDAD-PRECIO
9.3
Opiniones de Gato Negro
OPINIONES
2

Un local de tamaño bastante reducido y con decoración tradicional y modesta que cuenta con dos espacios, un comedor pequeño situado al fondo del local y la barra y unas cuantas mesas situadas en la entrada y por supuesto excepcionalmente ubicado en las proximidades de la Plaza del Obradoiro.

No cuenta con una carta muy amplia pero sus chocos en tinta, su hígado encebollado y su empanada hacen bien obligada una visita.

Para beber una taza de Ribeiro de Barril

Precios razonables.

Santiago de Compostela, es una ciudad a la cual, en los últimos 10 años, he visitado en cinco ocasiones contando esta y en las cuatros anteriores me ha acercado a comer en este restaurante.

Cuando he revisado los restaurantes colgados en Verema, me he llevado una sorpresa, al no encontrar este local con ningún comentario hasta este momento (salvo que yo no haya sido capaz de encontrar el mismo). En este, nuestro viaje a Galicia, a mis compañeros de correrías gastronómicas, les había advertido de los puntos positivos y de los negativos de este local y aún así, con todo se arriesgaron a visitar el mismo.

Me facilitó la situación, que cuando realizamos una visita guiada de Santiago de Compostela y pasamos por delante del local, la guía nos comentó, que en el mismo ya acudía hace años a comer, Alfonso XIII.

Pues bien, a eso de las nueve de la tarde-noche, nos acercamos al Gato Negro los seis comensales, presentando un bullicio impresionante en su barra, con gente tomando tapas y bebiendo en su mayoría, vino de Ribeiro en tazas blancas, sino fuese por la experiencia de otras visitas, no hubiésemos entrado ante la sensación de imposibilidad de cenar.
Paso a codazos hasta el final de la barra, que tiene muchos años, solicitud de mesa al tiempo de pedir una botella de Albariño (Conde de Albarei 2010) y nos prometen una mesa en cinco minutos. Promesa cumplida, aun en menos tiempo.

El lugar de comer consta de una mesa enfrente de la barra, un poquito más adelante y cuatro en un comedor al fondo, todos con banquetas de formica y mesas de igual material.
Acomodados en una mesa para seis, manteles de papel con el plano de Galicia y diversas poblaciones reseñadas, cubertería y cristalería del mismo nivel que la mesa y manteles, nos acomodamos con vecinos, que en su mayoría denotan en su rostro el sufrimiento del camino de Santiago, a la par que su alegría tras haber concluido el mismo.
Cartas discretas tanto de comida como de bebida, nos decidimos por, todo para compartir:
Pimientos de Padrón buenos.
Pulpo a feira: bueno.
Un caldo gallego: muy bueno
Berberechos: excelentes e impresionantes, ya habíamos advertido que todos los vecinos de mesa pedían los mismos.
Empanada de bacalao: las he comido mejores en este local, recuerdo con añoranza una de berberechos, pero esta ha sido la mejor que he comido en Galicia en esta visita y he probado unas cuantas.
Mejillones escabechados: sorprendentes para bien, con un nivel adecuado de escabeche y con una carne jugosa.

A la botella de albariño de Conde de Albarei 2010, le sucedieron tres de godellos de A Coroa sobre lias 2010.
Junto con agua, la cuenta por persona ascendió a 22 €.
Tras la cena, intente entablar una conversación con la responsable del local, intentó en vano, a pesar de que ambos no perdimos la sonrisa.
Local especial, con su encanto y sin ninguna comodidad, el servicio se limita a preguntar y traer los platos, pero hay algunos platos que merecen soportar los inconvenientes de la banquetas, falta de entorno etc., como en este caso fueron los berberechos.
Como detalle, observé cuando abandoné local cerca de las 11 de la noche, que siguen teniendo el mismo sistema de indicar que ya no sirven más cenas, que consiste en una franca de color verde, atravesado de manera diagonal en la puerta.

A pesar del entorno y el servico del vino ¡ volveré¡, hay cosas que merecen la pena sin ser estrelladas.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar