Gran sorpresa

Ibamos con ciertas reservas a este restaurante situado a la entrada de Moratalla. Liderado por su propietario y cocinero, Firo Vázquez, gran apasionado por todo lo que rodea al mundo del aceite (Presidente de la Cofradía Amigos del Aceite de Oliva Virgen, por ejemplo). Comedor con ambiente tranquilo, apenas una docena de mesas correctamente vestidas y bien separadas, donde disfrutar de unos entrantes muy motivadores por su originalidad, arroces de Calasparra y otros productos de la tierra de mucha calidad, tanto en carnes (chato murciano) como pescados de la no muy lejana costa. Eso si, siempre utilizando aceite Flor de Cuquillo en todas sus elaboraciones.

Desgraciadamente fuimos los únicos comensales esa tarde, aunque recompensados por el excelente trato recibido por un único camarero, buen profesional sin duda (literalmente nos mimó).

Servicio con panecillos calentitos con trocitos de aceituna y con un sorprendente aceite de Flor de Cuquillo.

Comida para tres personas:

- Detalles de la casa como una miniatura de ensalada murciana servida sobre una cuchara y un magnífico paté de aceitunas.

- Entrantes a compartir:
o Huevos de corral ecológicos fritos con jamón de bellota: Hacía tiempo que no veía un par de huevos tan guapos y tan bien fritos, con sus puntillitas y todo. Un homenaje para un plato tan básico.
o Rollos huertanos con salsa Hoisin: Dos rollos de fina y crujiente masa rellenos de productos de la huerta. Muy ricos.

- Chupito de gazpacho de frambuesas: Maravillo detalle por parte de la casa, que vino como anillo al dedo antes de entrar con los platos fuertes. Muy refrescante y de intenso sabor.

- Arroz de Calasparra con verduras (compartido entre dos): Sencilla pero exquisita elaboración. Arroz seco y sueltecito.

- Arroz de Calasparra con mújol y vieira: En este caso otra excelente elaboración pero más meloso y acompañado de salsa de anchoas (apenas perceptible). También había gambas rojas muy buenas ya peladitas. Desentonó un pelín la vieira por su textura.

- Salmón en escabeche con apio-nabo: Buen taco de salmón auque no triunfó.
- Presa de chato murciano en orza elaborado al vacío con aceite de Flor de Cuquillo: Servido solo templadito como un fiambre. En cualquier caso, excelente. Acompañado de unas patatitas paja y bizcocho de tortilla de patata.
- Solomillo de chato murciano en adobo bejarano: Hacía mucho tiempo, y van dos, que no comía una carne de cerdo tan tierna y gustosa, bien aderezada por el adobo. Muy, muy buena. Acompañado de una ensalada de canónigos no muy acertada como guarnición.

- 1 de tatin de manzana a compartir: Muy suave y rica.

- Mazapán de Moratalla y trovadores de Caravaca sobre una sopa fría de pistacho: No sé que estaba más rico, si el mazapán o los trovadores.

Nos ofrecieron también chupitos en la sobremesa.

En cuanto a la carta de vinos, no es muy amplia pero si con buenas referencias (Pago de Santa Cruz o San Vicente, como ejemplos) tocando casi todas las DOs, aunque lógicamente hay más donde elegir de las de Murcia. Precios x 1.5. No pedimos vino ni pudimos observar servicio en otras mesas al estar solos, aunque sospecho que se mima por la variedad de buenas copas que hay en una vitrina. No puntúo.

Precio total: 168.30€ (inc. IVA, una cerveza, refresco, pan y servicio a 1.20€, dos botellas de agua de 1l a 2.50€, y un té Nilgiris).

Nota. Nos hubiera gustado charlar un ratito con Firo, pero se encontraba de viaje. Sin duda, para la próxima visita.