Con ganas de agradar

Comida de fin de curso. Un grupo bastante grande (45 comensales) cosa que hace aumentar las dificultades para encontrar un lugar y un menú que guste a todos. En ese sentido, debo felicitar a quien organizaba pues acertó de pleno y todo el mundo salió contento en lo que se refiere a la confección del menú, el trabajo en cocina, el servicio y la RCP.

Desde mi anterior visita de la que dejé reseña en este mismo foro (véase un pelín más abajo) no había vuelto. Creo que, desde entonces, han pasado varias personas por la gestión del local. A quien ha tomado las riendas ahora se le nota ilusión, experiencia en este campo, a pesar de su juventud, y muchas ganas de hacerlo bien. Suerte.

Nos colocaron en el comedor del primer piso en una mesa en forma de “u” que casi se convirtió en una “o”. A pesar de ello, el servicio llegó bien a todos los rincones y las raciones al centro vinieron muy bien distribuidas. Menú pactado de antemano por el módico precio de 23,00 euros con la bebida incluida excepto cañas y aperitivos previos en la barra y algunas copas que se tomaron en la sobremesa en la terraza.

- Espencat: Berenjena y pimientos asados y emplatado en forma de timbalete. Acompañaban alrededor unas lonchas de ibéricos. Bien. Muy rico el alioli y el tomate que se sirvió casi a la vez.

- Cocas el Convent: de pequeño tamaño, para tomar dos por persona tranquilamente. Estaban ricas.

- Croquetas variadas: De jamón y de espinacas, creo recordar. También estaban buenas.

- Albóndigas de carne: Acompañadas de una salsa de tomate. En la línea de todo lo anterior: muy casero y apetecible.

- Llegados a este punto nos dieron a elegir el plato principal. Yo tomé un arroz a banda que estaba correcto. Buen punto y sabor, pero sin ser algo memorable. Ricas también las carrilleras que tomaron algunos compañeros aunque se echaba en falta un poco de salsa de su estofado. Muy tierna la carne, eso sí.

- Carpaccio de piña con helado de limón: Las lonchas de piña natural supongo que se habían cortado por la mañana y quedaron un pelín resecas. Eso como único defecto. Por lo demás el postre cumplió su función refrescante y de cierre.

Se sirvieron vinos básicos, jarras de cerveza en abundancia y alguna que otra de sangría. El servicio, como se ha dicho, simpático y eficaz. Todo ello contribuyo al buen ambiente y la satisfacción plena del grupo.

  1. #1

    Abreunvinito

    No solo vas a comer a los hoteles, sino que también vas a los conventos.
    Saludos

  2. #2

    JoseRuiz

    Hay bautizos con menos comensales...

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