Estuvimos anoche, sabado cenando. Eramos 4. El chef, colombiano abusó llenando las copas de vino para que consumieramos mas. Lo consiguió, pero no volveremos. Nos llenaba las copas hasta casi el borde, con lo que ni siquiera se podía beber a gusto. Llevé a unos clientes / amigos extranjeros que vienen bastante a Valencia, y salimos todos con la misma sensación: un timo. Comida correcta, buena, pero la relación calidad / precio no compensa para nada. Pienso que lo único que vale la pena probar son las patatas bravas, pero son pocas y 12euros.
La próxima vez los llevaré a un buen restaurante en tierra.