Una grata sorpresa

Situado fuera del foco turístico del barrio viejo de Girona, Can Marc nos ofrece una cocina sencilla con unos platos bien presentados y con la posibilidad de en alguno de ellos pedir media ración, lo que se agradece puesto que si alguno de los comensales no es de buen comer puedes ahorrarte algún dinerillo.

La carta es más bien corta y se complementa con algunas sugerencias del día, lo cual nos asegura una correcta rotación del género.

Los primeros platos fueron compartidos, una ensalada de gambas y media ración de carpaccio de ternera, los dos platos correctos. De segundo pedimos un rodaballo a la plancha, bueno, fresco y con muy buen punto de cocción y un bacalao confitado acompañado con crema de boletus y espinacas, el bacalao un buen trozo de lomo muy bien confitado, la crema de boletus para mi gusto era demasiado fuerte y destacaba sobre el bacalao con lo que opté por comer el bacalo solo y después mojar pan en la salsa.

Acompañamos la comida con un Parvus Chardonnay de la pequeñísima DO Alella que fué servido a su correcta temperatura.

No tomamos postre y pedimos dos cafés que nos sirvieron acompañados de unos petit fours.

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