Excelente! solo así puedo calificarlo. Claro merecedor de su estrella.

Excelente! solo así puedo calificarlo. Claro merecedor de su estrella. Restaurante muy bonito, de aire minimalista y diáfano, donde predomina el blanco y su suelo de madera, con amplias cristaleras que dan a unas bonitas vistas.

El servicio del vino muy bueno. Tomamos el menú de degustación especial maridado asi que tuvimos la suerte de probar cinco vinos distintos, entre los que destacaría el que nos acompañó durante los entrantes un Palacio del Almirante 100% chardonnay conmovedor. Cristalería a la altura.

Pero lo comida fue superior. 9 snacks + 4 tapas + 4 entrantes + pescado + carne + prepostre y 2 postres. Todos los platos a muy buen nivel, con solo un fiasco, una cuajada de queso de cabra insípida con gelatina de manzana, piñones y un más que innecesario aceite de tartufo. A destacar entre los snacks el lamicrack de calabaza y la conchafina con jengibre y algas; entre las tapas la royal de setas con avellanas y la emulsión de patatas y aceite de oliva con crestas de gallo; y del menú propiamente el ajoblanco de piñones con caballa marinada, caviar de arenque y setas, la coca de sardinas maceradas con zurrapa de cerdo y ensalda, y el salmonete con migas, coliflor y fideos de su consomé. Los postres están muy por debajo de la parte salada. Sólo eché ne falta unos petit fours con el café.

Muy buena relación calidad precio. Dos personas con el menú maridado + cafes = 253€ . A mi parecer nada caro. Altamente recomendable!