Descrito ya el local y aledaños que sigue en las mismas características. Buen servicio (de los de academia) con un servicio de vino de catar y cubitera y ocasionalmente relleno de copas.
Cambio de precios a época de crisis: primero y postre a 16€, segundo y postre a 20€ y menú completo a 32€. Las posibilidades de cada uno son las mismas y creo que incluso la carta es la misma (estaban los platos que se describen). Comento algo más la carta de vinos que incluye cavss (incluso krypta), champagnes (incluso Gosset, Dom Perignon, Bollinguer RD), 8 blancos desde verdejs faciles a Belondrade, Ossian..), un par de rosados testimoniales y tintos de hasta 12 DO diferentes (algunos una sola opcion, por ejemplo Mallorca, con AN) con más abundancia de Riojas y Riberas algunos de gama alta como Alion, Aalto, Roda I, 906, tambien Prioratos, Finca Dofi. Los precios altos. No hay opción de medias botellas, por lo que optamos por un blanco para compartir por aquello de la carretera: Manuel Manzaneque Chardonay 2006 muy elegante.
Para comer un menú completo y un segundo más postre. El primero y al ser la primera comida del viaje en Gijón, tuvo que ser fabada aunque me quedé con las ganas de un guiso marinero que apuntaba muy bien; pero la fabada no defraudó para nada. De segundos merluza a la sidra buena y bien la salsa; dada la mayor contundencia del primero, opté por un pescado: bacalao (buen taco y bien desalado) con pisto (muy básico)y huevito de codorniz que adornaba el plato pero que no se integraba ni a empujones. Las raciones de todo, amplias.
Los postres: tocino de cielo (algo insulso y poco dulce) con helado de leche merengada (correcto) y Milhojas de mascarpone (bien) con helado de frutos rojos (muy bueno).
De entrada y por cortesía cucharita con un detalle de salpicon de bogavante y un simil de petites fours navideños (minimazapan, y algo de turron) con los cafes (buenos). Agua mineral una botella.
Sensación final: si no es que vas a los baños termales (muy buenos) que forman parte del complejo... no merece la pena el desplazamiento.
Restaurante enclavado en las instalaciones del complejo hostelero Las Caldas Villa Termal. Asesorado por Luis Alberto Martínez de Rte. Casa Fermín de Oviedo.El edificio es un palacio de mediados del XIX. Su comedor es amplio, con más de 30 mesas de diversas formas.
El servicio es profesional , diligente y atento. La vajilla, cubertería, cristalería y mantelería son buenas.
Tienen un menú que se puede fraccionar en un primero y postre (27,00), segundo y postre (30,00) o el menú completo (34,00), dependiendo de las ganas de comer de cada uno. Como nuestra experiencia a la hora de la comida que fué mala, optamos por un menú completo y por un segundo y postre. El menú tiene ll primeros, 9 segundos y 8 postres a elegir.
Decidimos tomar para compartir, un plato de Ibéricos, compuesto de jamón, chorizo, lomo de caña y salchichón. Sabroso el embutido, muy correcto.
De segundos: Albóndigas de Rabo en su salsa, muy sabrosas y jugosas y Tacos de Solomillo a la pimienta verde, la carne en su punto, con sabor y la salsa suave y ligada.
De postre: Semifrio de avellana con helado de arroz con leche y Milhojas de queso y chocolate blanco con helado de frambuesa. Ambos muy ricos.
Para beber con el menú sirven un crianza de Rioja o un blanco de Rueda.Como cuando llegamos al rte., tuvimos que esperar, se nos invitó, en una barra anexsa, a un vino de rioja que resultó ser un Bilbao Reserva 2005 y como nuevo detalle fué el que nos sirvieron en la cena. Vino que resultó un perfecto acompañante.