Para variar

Restaurante típico marroquí con una decoración árabe preciosa en el interior, no muy grande pero acogedor y con veladores fuera, muy agradables en verano.
El servicio es bueno y atento.
La cocina está basada sobre todo en el cordero, hay también algunos platos de pollo y ternera pero nada absolutamente de pescado.
En Agosto sólo abren por la noche por lo que aconsejo a quien vaya a cenar que ese día almuerce frugalmente para tener hambre.
Fui con mi esposa, tomamos para empezar una pastela exquisita rellena de carne y una ensalada variada (berenjenas, remolacha, zanahorias y pimientos). De segundo mi esposa una brocheta de cordero y yo una pierna de cordero al horno ambos platos acompañados del típico cuscús.
Fuimos incapaces de tomar postre aunque había, entre otras cosas, los típicos pastelitos árabes.
Por poner una pega, que no venden alcohol, eso sí te permiten, bien llevarlo o bien, te lo sirven del "vecino", un pub british y hay que pagarlo aparte. Al ser un pub mejor pedir una pinta (estaba rica) que un vino, pues éste lo sirvieron a temperatura ambiente (de agosto...). Lo mejor es llevarlo tú porque al cordero le va mejor un buen tinto que la cerveza.