Restaurante abierto hace unos meses en el espectacular y típico barrio de El pópulo, en el centro de Cádiz.
Comidas traídas del norte, posibilidad de escanciar la sidra.
Dos salones independientes para grupos, no demasiado grandes.
Los dueños son los mismos que el local del teniente Seblón, en el mismo barrio.
Servicio agradable pero informal. Algunos detalles EMHO por mejorar, apenas tres mesas ocupadas y tuve que levantarme una vez a buscar al camarero pues llevaba minutos sin aparecer durante los entrantes.
Pedimos de entrantes Gazpacho de Sandía (rico) y Paté de Cabracho. Con el paté pasó algo extraño pues mi acompañante y yo pondríamos la mano en el fuego que aquel paté no era de cabracho sino de mejillones. Preguntamos al camarero y nos dijo que no tenían paté de mejillones y de todas formas iba a preguntar en cocina. No se acercó por nuestra mesa a comentarnos nada al respecto. Ahí quedó el tema.
Pedimos medio kilo de entrecot a la piedra que estaba tierno y bueno de sabor, aunque ya venía de cocina casi al punto, con lo que la piedra no la usamos.
Fuente de patatas fritas muy buenas.
De postre volcán de chocolate (normal).
De beber 2 cañas y 2 copas de Baigorri (3.30€ la copa).
Muy pobre carta de vinos. El primer vino lo sirvieron a temperatura de frigorífico (4-5 grados) y después de comentar que estaba muy frío me contestaron que a la gente le gusta así, que si quería me lo servía de la vinoteca, al cual le respondí afirmativamente.
En conclusión, recomendable para ir en grupo, beber sidra y pasar un buen rato. No sale mal de precio.
Algo distinto en Cádiz que está gustando mucho, pues suelen llenar. También tienen menús a mediodía.